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Un bolígrafo con tinta magnética podría revolucionar el diagnóstico precoz del párkinson

El dispositivo experimental permite detectar los signos tempranos del párkinson en la escritura con alta precisión.

El dispositivo experimental permite detectar los signos tempranos del párkinson en la escritura con alta precisión.
El bolígrafo con tinta magnética podría revolucionar el diagnóstico precoz del párkinson. | Libertad Digital

Un equipo de investigación de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) ha desarrollado un dispositivo que podría marcar un antes y un después en la forma en la que se detecta el párkinson. Se trata de un bolígrafo especial que, gracias a su tinta magnética y sus sensores, permite registrar patrones en la escritura manual vinculados a esta enfermedad neurodegenerativa.

El párkinson es la segunda patología neurodegenerativa más frecuente después del alzhéimer. Actualmente, afecta a casi 10 millones de personas en el mundo. En España, se estima que hay alrededor de 160.000 afectados, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

El párkinson

Esta enfermedad implica una reducción en la disponibilidad de dopamina en el cerebro, un neurotransmisor clave para la coordinación del movimiento. Por ello, los síntomas más visibles suelen ser temblores, rigidez muscular, lentitud en los movimientos y problemas para mantener el equilibrio.

Escribir a mano es una tarea compleja que requiere la coordinación de múltiples funciones cognitivas, motoras y perceptivas. Por esta razón, pequeñas alteraciones en la caligrafía pueden ofrecer pistas relevantes sobre el estado neurológico de una persona. "Analizar patrones de escritura puede ofrecer datos cruciales y marcadores biométricos cuantitativos para el diagnóstico de la enfermedad", explican los investigadores.

¿Cómo funciona el dispositivo?

El nuevo bolígrafo desarrollado por el equipo liderado por Jun Chen está diseñado para transformar la escritura en datos eléctricos. Contiene una tinta magnética que, al interactuar con los sensores, permite convertir los trazos escritos en señales que un sistema de inteligencia artificial puede analizar.

Además de la forma de la letra, el sistema recoge información sobre variables como la presión aplicada al escribir o la velocidad de los trazos. Estos elementos permiten detectar con alta sensibilidad características motoras que podrían indicar la presencia de párkinson en fases muy tempranas.

Resultados prometedores

Para poner a prueba su eficacia, los investigadores realizaron un pequeño ensayo con 16 participantes: tres de ellos con párkinson diagnosticado y 13 sin la enfermedad. Todos realizaron tres tareas diferentes utilizando el bolígrafo inteligente. Los resultados fueron notables: "El análisis de los patrones mostró que se pudo distinguir a los pacientes con párkinson de los participantes sanos con una precisión media del 96,2%", afirman los autores del estudio, publicado en la revista Nature Chemical Engineering.

Aunque se trata de una muestra limitada, los resultados abren una vía prometedora hacia el desarrollo de herramientas accesibles y eficaces para el diagnóstico precoz. "Este bolígrafo puede representar una tecnología barata, precisa y ampliamente difundible con potencial para mejorar los diagnósticos de la enfermedad en poblaciones grandes y en áreas de recursos limitados", destacan los científicos.

Una herramienta con potencial clínico

Actualmente, el diagnóstico del párkinson se basa principalmente en la observación clínica del neurólogo y en el análisis de la historia médica del paciente. "Una de las primeras piezas del puzle es analizar la historia clínica y observar si el paciente presenta sintomatología compatible con la enfermedad", según se explica en el artículo científico. Esto incluye detalles como dificultades para firmar o abrocharse la ropa, junto con la evaluación de signos como la rigidez o lentitud motora.

Aunque existen técnicas complementarias como pruebas de imagen cerebral o estudios proteicos (como los que buscan acumulaciones anómalas de alfa-sinucleína), estas no forman parte del protocolo rutinario y siguen en fase experimental.

Detectar el párkinson en sus primeras etapas es crucial para aplicar terapias que ayuden a ralentizar la progresión del trastorno. Los tratamientos farmacológicos y los cambios en el estilo de vida —incluyendo ejercicio físico— son mucho más eficaces cuando se inician en fases tempranas.

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