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Ni 30 minutos antes ni después: el momento más eficaz para aplicar crema solar, según nuevos datos científicos

Una investigación universitaria cuestiona la creencia de que el protector necesita media hora para hacer efecto.

Una investigación universitaria cuestiona la creencia de que el protector necesita media hora para hacer efecto.
Alamy

De manera habitual, la sociedad no suele echarse crema del sol durante todo el año como es necesario para la piel… sino que la aplican solamente en los meses de verano. Y, cuando llega el calor, la pregunta que todo el mundo se hace es: ¿cuándo hay que echarse la crema de sol? ¿Hay que echarla antes de salir de casa, al menos, media hora antes?

No debemos olvidar lo importante que es tomar el sol a diario ya que la exposición solar estimula la producción de vitamina D, por lo que puede contribuir a controlar algunas afecciones crónicas de la piel y generar una sensación de bienestar. No obstante, la exposición a los rayos ultravioleta puede causar efectos negativos en nuestra salud.

Expertos explican el momento ideal

Siempre se ha dicho que la crema del sol debe aplicarse al menos media hora antes de la exposición, o incluso una hora… Pero, nuevas investigaciones han demostrado que no hace falta esperar 30 minutos desde que se aplica el protector hasta la exposición solar. Tanto es así que investigadores del Laboratorio de Fotobiología y Dermatología de la Universidad de Málaga (UMA) han comprobado que cinco minutos son suficientes para que el protector tenga eficacia. Estos expertos analizaron cuándo es el mejor momento para echarnos la crema solar para que sea eficaz.

Pero, más allá del momento en el que uno se aplique el protector solar… Lo más importante es aplicar un fotoprotector solar adecuado, en función de cada tipo de piel y zona del cuerpo, siempre con la piel limpia y seca.

¿Qué significan los factores de protección?

Antes de comprar una crema solar nueva que, recordemos, debe renovarse cada año, hay que tener en cuenta que el factor de protección solar o FPS nos indica la protección frente a la radiación ultravioleta B. En concreto indica el tiempo que tardan los UVB en enrojecer la piel cuando usamos crema solar en comparación con no usarla.

No obstante, es importante tener en cuenta que el tiempo que la piel tarda en quemarse al exponerse al sol es variable para cada persona: así, si una persona tarda en quemarse sin usar protector solar 10 minutos, con una crema factor 50, tardaría 50 veces más. Por este motivo, como norma general, los dermatólogos recomiendan cremas con un FPS mínimo 30 y preferiblemente 50.

Lo que hay que tener en cuenta es que 50 es el FPS más recomendable y que, a partir de un factor 50 o más, en condiciones normales no se obtiene una mayor protección. Por ello, se recomienda que todos los protectores solares por encima de 50 se etiqueten como 50+ para evitar una falsa sensación de seguridad en los usuarios.

Zonas que hay que proteger y no suele hacerse

  • Orejas: Las orejas, al igual que el dorso de la nariz o los pies son esa zona que rara vez uno se da crema solar pero no deben quedar desprotegidas de los efectos del sol. Esta zona, aunque suele estar cubierta por el pelo y no suele ser una zona que sufra mucho, la verdad es que a veces se quema, por lo que es recomendable aplicar protección solar.

  • Labios: Los labios es una de las zonas del cuerpo que se quema con facilidad y a la que poco prestamos atención. El motivo es que la piel de los labios es fina por ello, los expertos hablan de que nunca hay que exponer los labios al sol sin protección, su piel es muy sensible y fina, sin apenas producción sebácea, por lo que se irrita y agrieta fácilmente.

  • Párpados: Al igual que los labios, la piel de los párpados es muy fina y delicada, aunque por suerte suelen estar más protegidos que el resto de la cara a no ser que durmamos al sol. Hay que protegerlos igualmente y si se utilizan unas buenas gafas reflectantes de rayos ultravioletas es más aconsejable.

  • Cuero cabelludo: El cuero cabelludo es una de las partes del cuerpo que más sufren con la exposición al sol, sobre todo si se practica deporte al aire libre... Es cierto que el cabello lo protege pero cuando hay una densidad de pelo muy baja o rayas marcadas se pueden sufrir quemaduras importantes. Además, hay que tener claro que, con el tiempo, el sol puede perjudicar la capa superior de la piel y hacer que se torne áspera y escamosa. Esta patología, denominada queratosis actínica (QA), aumenta el riesgo de desarrollar un cáncer de piel.

  • Pies: Hoy en día es muy difícil ver una quemadura en el dorso del pie, pero no hay que olvidar proteger la zona del empeine y del tobillo que tienen una piel más fina y sensible.

  • Axilas: En principio, hay que protegerla igual que el resto de las zonas del cuerpo. A la hora de ponernos protección solar hay que ser generosos y cubrir bien la zona de los hombros, axilas y cara interna de los brazos.

No solo vale con echarse crema

Está muy bien usar protector solar de manera abundante y siguiendo las recomendaciones de los expertos, especialmente en los meses de verano pero no basta con eso. El motivo es que estos productos solo bloquean superficialmente, es decir, no tienen efecto protector sobre las capas profundas de la piel.

De hecho, es muy importante tener esto en cuenta por el estrés crónico que puede suponer el sol para el organismo…. Recordemos que el cortisol elevado de forma crónica destruye el colágeno de la piel, produce inflamación crónica y disbiosis, tanto de la microbiota cutánea, como de la digestiva. Por ello, es importante cómo esté nuestro cuerpo de preparado internamente para recibir ese sol, aunque no se queme. ¿Qué hay que hacer para cuidar el cuerpo desde dentro? Estar hidratados por dentro y por fuera, tomar suplementación solar, hacer ejercicio físico diario, reducir el estrés crónico , dormir bien y, por último, evitar consumir sustancias tóxicas como el tabaco y el alcohol.

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