
Un equipo de investigadores de la Universidad de Heliópolis y la Universidad de Al-Azhar (Egipto) ha revisado el papel del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1) como regulador del metabolismo y su potencial terapéutico. Publicado en Toxicology Reports, el estudio analiza las funciones del GLP-1, los mecanismos de acción de sus agonistas —como la semaglutida (Ozempic)— y el posible uso de compuestos naturales que activen esta vía hormonal sin necesidad de recurrir a inyecciones.
GLP-1, la hormona que activa el Ozempic
El GLP-1 es una hormona intestinal que se libera tras la ingesta de alimentos y estimula la secreción de insulina de forma dependiente de la glucosa, al tiempo que inhibe la liberación de glucagón. Este mecanismo ayuda a estabilizar los niveles de azúcar en sangre. Además, retrasa el vaciado gástrico y reduce el apetito, dos efectos que han motivado su aprovechamiento farmacológico en el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad.
El Ozempic, cuyo principio activo es la semaglutida, es un agonista del receptor del GLP-1 (GLP-1RA) que imita esta hormona natural. Su eficacia para reducir la glucosa en sangre y el peso corporal ha sido ampliamente demostrada. Sin embargo, su administración mediante inyecciones periódicas y ciertos efectos secundarios gastrointestinales han impulsado la búsqueda de alternativas menos invasivas.
Vías moleculares y alternativas naturales
El estudio egipcio describe en detalle los mecanismos intracelulares que se activan cuando el GLP-1 se une a su receptor, incluyendo las rutas ERK1/2, AMPK, MAPK, cAMP y PKC. Estas vías no solo intervienen en la secreción de insulina, sino también en la protección cardiovascular, renal y cerebral.
Una de las líneas más prometedoras del trabajo es la investigación de compuestos naturales capaces de modular estas mismas vías. Sustancias como el Sennósido A y el ezetimiba han mostrado en modelos animales la capacidad de aumentar los niveles de GLP-1 o potenciar su actividad sin necesidad de administración inyectable. Estos compuestos activan rutas celulares similares a las utilizadas por los fármacos actuales.
Del intestino al metabolismo: un sistema complejo
El GLP-1 actúa en múltiples órganos. En el intestino, ralentiza el tránsito digestivo, favoreciendo una mayor absorción de nutrientes y prolongando la sensación de saciedad. En el cerebro, influye en centros hipotalámicos relacionados con el apetito. En el músculo, mejora la sensibilidad a la insulina, y en el hígado, reduce la producción de glucosa.
Gracias a esta amplia acción, los agonistas del GLP-1 tienen efectos beneficiosos más allá del control glucémico: mejoran el perfil lipídico, reducen la presión arterial y protegen el sistema cardiovascular y renal. Algunos estudios han mostrado también efectos neuroprotectores y antiinflamatorios, e incluso se investiga su posible uso en ciertos tipos de cáncer.
¿Sustituir Ozempic sin fármacos?
Aunque el estudio señala el potencial de compuestos naturales para activar el GLP-1, los autores subrayan que aún se requieren más ensayos clínicos para confirmar su eficacia y seguridad en humanos. Por ahora, los fármacos inyectables como Ozempic siguen siendo la opción con mayor respaldo científico para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad.
No obstante, los resultados abren la puerta a desarrollar futuras terapias orales o combinadas, basadas en sustancias naturales, que reproduzcan algunos efectos del GLP-1 con menor carga farmacológica o sin necesidad de inyecciones frecuentes.
AL-Noshokaty, T. M., Abdelhamid, R., Abdelmaksoud, N. M., Khaled, A., Hossam, M., Ahmed, R., Saber, T., Khaled, S., Elshaer, S. S., & Abulsoud, A. I. (2025). Unlocking the multifaceted roles of GLP-1: Physiological functions and therapeutic potential. Toxicology Reports, 14, 101895.



