¿Había oído hablar usted de grandes empresas tecnológicas que se acercan a guerras, pandemias o desastres naturales con la misma frialdad con que otros buscan mercados emergentes? Yo las llamo "hienas digitales" y son actores que convierten situaciones límite en oportunidades para capturar datos, entrenar algoritmos y así conseguir contratos públicos millonarios a largo plazo. En este ecosistema, los nombres de Peter Thiel y Palantir Technologies resuenan de manera constante.
Peter Thiel es una figura central del capitalismo tecnológico contemporáneo. Empresario y capitalista de riesgo, cofundó PayPal y Palantir Technologies y fue el primer gran inversor externo en Facebook. A través de su fondo Founders Fund, participó tempranamente en compañías como Airbnb y Spotify, entre otras, lo que le ha permitido construir una influencia considerable en la infraestructura digital global. Todas estas plataformas tienen un denominador común: su foco es recopilar datos masivos de la población con el fin de entrenar modelos predictivos que permitan anticipar el comportamiento de las personas, con fines de seguridad, vigilancia y gobernanza, además de cuestiones más evidentes, como recomendar buena música o un apartamento para las vacaciones.
Palantir: de la lucha contra el fraude a la gestión de crisis
Palantir nació en 2003 con la aspiración declarada de trasladar a otros ámbitos los métodos de detección de fraude desarrollados en PayPal. Thiel y su equipo sostenían que esas técnicas podían emplearse para combatir el terrorismo y otras amenazas, en un contexto marcado por los atentados del 11 de septiembre y el giro hacia políticas de seguridad más agresivas en Estados Unidos. Desde entonces, Palantir se ha especializado en integrar y analizar grandes volúmenes de datos procedentes de fuentes dispersas: expedientes policiales, registros migratorios, bases de datos sanitarias, sensores urbanos, redes sociales o información comercial.
Este enfoque ha permitido a Palantir convertirse en proveedor habitual de agencias de inteligencia y cuerpos de seguridad, pero también ha suscitado críticas por su papel en la expansión de la vigilancia masiva y en prácticas de policía predictiva. Plataformas como Gotham o Foundry ofrecen una capacidad sin precedentes para cruzar información y construir modelos de riesgo, pero al mismo tiempo plantean interrogantes sobre la transparencia, los sesgos y las garantías democráticas. Si usted pensaba que Minority Report era una ficción, lo era, sí, pero desde hace unos años ya no.
La oportunidad de la pandemia: COVID-19 como laboratorio de datos
La crisis de la COVID-19 ejemplifica cómo un estado de excepción puede convertirse en un gran banco de pruebas para estas hienas digitales. En Estados Unidos, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) confió a Palantir el desarrollo de la plataforma HHS Protect, un almacén de datos que integra centenares de conjuntos de información sobre contagios, hospitalizaciones, inventarios de material sanitario y normativas locales. Sobre esa base, Palantir también desplegó Tiberius, la herramienta utilizada para planificar y supervisar la distribución de vacunas en todo el país.
En el Reino Unido, el Servicio Nacional de Salud (NHS) concedió a Palantir un contrato de emergencia por tan solo una libra esterlina para poner en marcha el COVID-19 Data Store en marzo de 2020. El acuerdo se amplió posteriormente hasta alcanzar un valor de 23,5 millones de libras y sirvió de precedente para el actual contrato de 330 millones de libras para la nueva plataforma federada de datos del NHS. Organizaciones de la sociedad civil han denunciado la opacidad de estos acuerdos y los riesgos para la privacidad de los pacientes.
Desde el punto de vista empresarial, la ya popularizada como Plandemia actuó como acelerador: una primera entrada bajo condiciones de emergencia que, una vez superado el momento crítico, se transforma en contratos millonarios estructurales de largo recorrido.
Desastres naturales y gestión de emergencias: un nuevo mercado
La misma lógica se observa en el ámbito de los desastres naturales. Palantir promociona sus soluciones para preparación, respuesta y recuperación ante emergencias como plataformas capaces de unificar datos meteorológicos, infraestructuras críticas, redes de transporte y modelos predictivos para apoyar decisiones en tiempo real.
Esto plantea un dilema: cuanto más se normaliza la idea de que la gestión de emergencias depende de plataformas privadas opacas, mayor es la dependencia de los Estados respecto de estas empresas y más poder acumulan quienes controlan la tecnología y, sobre todo, los datos históricos generados en cada episodio. Y recordemos que las empresas privadas se mueven por dinero, no por salvar vidas.
La DANA de Valencia y la plataforma Som Solidaritat
El episodio de la DANA en Valencia ilustra cómo esta dinámica comienza a reproducirse en España. En ese contexto se puso en marcha la plataforma Som Solidaritat, destinada a canalizar la ayuda y coordinar donaciones, recursos y voluntariado. La herramienta fue desarrollada en apenas tres días por un equipo de ingenieros voluntarios procedentes de Yurest Solutions y Palantir, creando un sistema tipo CRM apoyado en IA.
Análisis posteriores han señalado que la participación de Palantir constituye una puerta de entrada relevante al sistema institucional valenciano, permitiéndole operar en un entorno de emergencia, donde la rapidez prima sobre el escrutinio público.
Contratos de Palantir con el Estado español
Más allá de la DANA, el vínculo entre Palantir y las instituciones españolas se ha consolidado en defensa y seguridad. En octubre de 2023, el Ministerio de Defensa adjudicó a Palantir un contrato de 16,5 millones de euros para su software Gotham. Sumando ampliaciones y contratos posteriores, el volumen total comprometido superó los 36 millones de euros.
En el plano civil, el Portal de Transparencia recoge solicitudes de acceso relativas a contratos con Palantir cuya información fue denegada, lo que indica la existencia de acuerdos adicionales cuya letra pequeña no es pública.
Riesgos para la soberanía de datos y la democracia
La expansión de Palantir en salud, defensa, seguridad interior y gestión de emergencias plantea retos para la soberanía tecnológica y la protección de datos. Una vez que los historiales clínicos, los patrones de movilidad o los registros de ayudas sociales se consolidan en una plataforma privada y extranjera, resulta difícil para las administraciones mantener el control o migrar a alternativas.
La metáfora de las hienas digitales subraya el malestar que provoca ver cómo guerras, pandemias o inundaciones se traducen en oportunidades de negocio y en la acumulación de datos sensibles en manos privadas. La cuestión central es qué tipo de sociedad se construye cuando cada crisis refuerza la dependencia tecnológica de actores que controlan el capital y la información.



