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Cosas que hacer este 7 de octubre si no se está moral y ridículamente muerto

De todo lo que este gobierno podía haber hecho este 7 de octubre, si no quería recordar a las víctimas, ha hecho lo peor, lo que expone al mundo que este gobierno está moralmente muerto.

De todo lo que este gobierno podía haber hecho este 7 de octubre, si no quería recordar a las víctimas, ha hecho lo peor, lo que expone al mundo que este gobierno está moralmente muerto.
Banderas y fotografías en el lugar en el que se celebró el Festival Nova, para recordar a los asesinados allí el 7 de octubre. | C.Jordá

Este 7 de octubre podrían haberse evocado muchos acontecimientos y bastantes personajes nacidos o desaparecidos este preciso día de otros años, o siglos. Uno de los recientes, sin precedentes desde 1948, fue el asesinato de 1.200 personas, en su mayoría civiles, y alrededor de 250 secuestrados en diferentes lugares de Israel, desde los kibutz de Be'eri, Kfar Aza, Nahal Oz, Re'im, Alumim, y Nir Oz al Festival Nova, de música electrónica, cerca de Re'im.

Acompañado de 5.000 cohetes lanzados sobre ciudades israelíes, el crimen fue perpetrado mediante la invasión de territorio hebreo por más de 2.500 terroristas del ejército islámico filoiraní, Hamás. La llamaron "Operación Diluvio de Al-Aqsa" y se propagó que era una venganza por la situación de la mezquita del mismo nombre situada en Jerusalén, tercer lugar sagrado del Islam. Otros dedujeron que el ataque tenía por finalidad reventar los acuerdos de Abraham suscritos por Israel y algunos de los más importantes países árabes a los que estaba a punto de adherirse formalmente Arabia Saudita.

Tras la matanza, Israel declaró el estado de guerra por primera vez desde 1973. Su ejército respondió con la Operación Espadas de Hierro iniciando ataques aéreos masivos contra objetivos de Hamás en Gaza. Ya entonces el gobierno de Benjamín Netanyahu prometió una respuesta "sin precedentes". Y así ha sido hasta que Donald J. Trump propuso su acuerdo de paz, aceptado con reticencias, pero sin alternativa. Que iba a haber víctimas lo sabíamos todos, especialmente los que las desearon. Otra cosa es hipocresía y banalidad.

Es posible que para muchos en España sea difícil entender a Israel, sobre todo a su voluntad de existir y a su política de no dejar a nadie atrás y castigar el asesinato o sufrimiento de cualquiera de sus ciudadanos. El modo de afrontar los asesinatos de ETA y el atentado del 11-M de 2004 revelan que los gobiernos españoles sí han dejado atrás a las víctimas y, no sólo no persiguen y castigan duramente a los asesinos, sino que incluso se cogobierna con sus herederos o se hunde en el silencio la identidad de los instigadores.

Pero lo no puede ni debe hacerse de ninguna de las maneras, si se está cuerdo políticamente y queda algo de conciencia moral en la política española, es fijar el debate para la aprobación de un decreto de embargo de armas a Israel, por fake o ridículo que sea, el mismo día en que se cumplen dos años de los espantosos atentados del 7 de octubre.

La embajada de Israel en España ha calificado este comportamiento del gobierno de Pedro Sánchez de "perverso, inhumano y aberrante". De hecho, se humilla a Israel, se abre una brecha con su nación y sus ciudadanos, todos, los de allí y los del resto del mundo, y se "explican-justifican" (Borrell lo dice así) los asesinatos de Hamás. Claro, muy claro. Lo aclara aún más que ni siquiera se haya guardado un minuto de silencio por aquel horror.

Cosas que podría haber hecho este gobierno este 7 de octubre

No puede pedirse que nuestro gobierno festejase ni honrase este pasado 7 de octubre el surgimiento del calendario hebreo que data del mismo día y mes del año 3761 antes de Cristo, ni que se condoliera de que otro 7 de octubre de 1938 el Gobierno nazi ordenara que todos los pasaportes de los judíos llevaran la letra J, marca de raza maldita.

Tampoco que rememorase que el 7 de octubre de 1944 250 judías confinadas por el nazismo en el campo de concentración de Auschwitz (en la Polonia invadida) se alzaran contra el terror siendo ejecutadas por ello. Ni pensar que considerara otro 7 de octubre de 1951, el del aniversario del primer gobierno del estado israelí, el del sindicalista Ben-Gurión.

Tampoco le pide nadie que lamentase que otro 7 de octubre, en este caso de 1985, 4 terroristas palestinos disidentes de la OLP secuestraran el crucero Achille Lauro, de bandera italiana, en aguas egipcias, ni que durante el mismo se asesinara a sangre fría al judío estadounidense Leon Klinghoffer, al que mataron y arrojaron al mar en su silla de ruedas.

Podrían haber mirado para otro lado y no haber mencionado siquiera los atentados de 2023 ni haberse alineado sin mayores precisiones ni detalle con el terrorismo de Hamás. Era fácil. El día 7 de octubre da mucho juego a quienes quieren marear la perdiz, hacerse el sueco o mirar para Gelves, que se dice en el Aljarafe sevillano a quienes hacen un arte del disimulo o la abstención moral.

Vean. Ahora que se desvelan traiciones varias en las actas que ETA redactó de sus encuentros con el gobierno Zapatero, podrían habernos distraído con artículos sobre el famoso Bellido Dolfos. Llámase Bellido Dolfos / hijo de Dolfos Bellido, / cuatro traiciones ha hecho, /y con ésta serán cinco; si gran traidor fue el padre, / mayor traidor es el hijo." Pues sí, fue un 7 de octubre de 1072 cuando en las murallas de Zamora el felón asesinó al rey Sancho el Fuerte.

Es algo incómodo para el gobierno, pero el 7 de octubre de 1462 el Papa Pio II censuró el uso de africanos como esclavos. Podría haber servido de muñeco animador. Pero para mantenerse en Babia mejor haber comprendido que el 7 de octubre de 1571 tuvo lugar la batalla de Lepanto, aquella que ganó Don Juan de Austria a los musulmanes otomanos impidiendo la expansión del lslam por el Mediterráneo europeo y, gracias a lo cual, esta Europa es lo que es.

No se trata de que hubieran imitado a G.K. Chesterton: "La fría reina de Inglaterra se mira en el espejo;/la sombra de los Valois bosteza en Misa…allí donde sólo un príncipe sin corona se ha conmovido en un trono sin nombre,/ allí donde, surgiendo de dudoso solio y afrentado sitial, el último caballero de Europa descuelga las armas del muro, el último trovador rezagado que escuchó el canto del pájaro,/ que otro tiempo marchara cantando hacia el Sur cuando el mundo era joven./ En aquel enorme silencio, por el sinuoso camino/ asciende poco a poco y sin miedo el clamor de la Cruzada…Vivat Hispania!/ Domino Gloria!/ ¡Don Juan de Austria/ ha liberado a su pueblo!". (Francia, por cierto, apoyó a los otomanos. Inglaterra calló).

Eso sí, algo hubieran mostrado a los españoles de sí mismos: al parecer, aquellos cristianos del norte de España, en su reconquista del territorio nacional, habían advertido en su carácter algo muy claro: no querían ser musulmanes ni se sentían compatibles con la religión de Mahoma. Algo habrían visto en ellos que les condujo a liberar el Sur de Europa, y de paso todo el Norte, de esa presencia e, incluso después, en Lepanto, a frenar su poder en el Mare Nostrum.

Podrían sacado el conejo de la ciencia y la técnica de la chistera porque un día tal como el 7 de octubre de 1769, el viajero James Cook llegó a Nueva Zelanda y justo 37 años más tarde, Ralph Wedgewood, de familia de ceramistas, patentó el papel carbón, "Stylographic Writer" lo llamó, un procedimiento (papel pigmentado) para lograr copias simultáneas de los documentos, entonces escritos a mano y poco después en las máquinas de escribir que todavía bastantes hemos conocido.

Tal vez habrían podido reunir en una celebración de 7 de octubre lo anterior al primer servicio aéreo de 1919, otro 7 de octubre. Y a la primera fotografía de infrarrojos, de un día igual de 1931. Sumen la patente del código de barras, hoy tan normal, registrada otro 7 de octubre de 1952. O miren, otro día semejante, pero de 1882, tanta feminista de salón (las israelíes violadas no deben ser mujeres) podría haber reparado en que Martina Castells y Valdespí, licenciada en Medicina en Barcelona, fue la primera mujer española en lograr el título de doctor.

Ya sé que procuran no recordar que el 7 de octubre de 1934, tras una intensa preparación con compra y distribución de armas incluidas, los dirigentes socialistas Indalecio Prieto y Largo Caballero desencadenaron el golpe de estado contra la II República conocido como Revolución de Asturias en el que murieron cerca de 1.500 personas, fueron heridas alrededor de 5.000 y fueron presas y represaliadas casi 40.000.

Ya que están en el año de Franco y que fue este general quien preservó la legalidad republicana, no estaría de más cargarlo con la culpa de defender esa República burguesa que cometió el horrible pecado de sentar en el gobierno al partido más votado en las elecciones generales de 1933, la CEDA de Gil Robles. Y ya que estamos, digamos que ese mismo 7 de octubre el separatismo catalán se aprovechó de este golpe para sumar el suyo.

Uno de sus socios, el partido recolector de nueces, podría haber exigido mención de aquel 7 de octubre de 1936 en que se constituyó el primer gobierno provisional del País Vasco bajo la autoridad del lendakari Aguirre. O haber optado por denunciar un genocidio de verdad, el del "perejil", cuando el dictador Rafael Leónidas Trujillo masacraba haitianos, a los que distinguía de los dominicanos por la forma de pronunciar esa palabra "perejil", "pegsil" en el delator francés.

Sus otros socios podrían haber enarbolado el 7 de octubre de 1949, fecha de la formación de la República Comunista, dijeron Democrática, Alemana. Y los socios pro chinos de ahora, que van desde Zapatero hasta los jinetes de las contradicciones de Podemos, podrían haber aportado otro 7 de octubre feliz para ellos, el de 1950, cuando el comunismo chino invadió el Tíbet.

Seguramente no les gustaría proponer el 7 de octubre de 2006 como fecha emblemática ya que ese día en Moscú, la periodista rusa Anna Politkóvskaia, de 48 años, fue asesinada tras sus continuas denuncias de las violaciones de los Derechos Humanos que Rusia, la de Putin, perpetraba en Chechenia (esas siguen sin importar a flotillas y flotantes) y tras su grito de libertad ante la dictadura del viejo esbirro del KGB.

Como "alguien" eligió ese día para asesinarla, pueden aprovechar sus simpatizantes españoles aliados del gobierno Sánchez para felicitar a Vladimir, porque precisamente fue su cumpleaños (7 de octubre de 1952) la fecha escogida para liquidar una de las voces más críticas contra su presidencia. Una coincidencia simbólica, tal vez.

Lean lo que dijo del sátrapa: "Porque Putin, un producto del más tenebroso servicio de inteligencia del país, ha fracasado a la hora de trascender sus orígenes y dejar de comportarse como el teniente coronel que fue del KGB. Sigue clasificando a sus compatriotas que aman la libertad, y no ceja en aplastar la libertad, como hizo siempre en su anterior carrera." Le costó la vida.

Tampoco querrán aludir al Premio Nobel que Mario Vargas Llosa obtuvo el 7 de octubre de 2010. Ya saben, era un liberal crítico, hasta con Israel.

Voy a buscar más cosas porque tampoco creo que les guste demasiado utilizar el 7 de octubre de 1967 porque ese día nació otra "bicha", María Corina Machado, ya Premio Nobel de la Paz. Escucha, Zapatero. Les doy ideas: se celebra el Día Mundial de los Calvos, pero, claro, está el Calvo Sotelo aquél asesinado en 1936. Mejor no. Bueno, pues que Yolanda Diaz, otra de sus socias, nos abduzca con la Jornada Mundial por el Trabajo Decente. O que Monedero, otro aliado, reclame mención honorífica de Hugo Chávez para revivir su otra y limpísima victoria electoral un 7 de octubre de 2012.

Como ven, había muchas excusas para distraer la atención de los españoles con números de magia agit-prop utilizando los más variopintos pretextos. De ese modo, sólo algunos, la "extrema derecha y sus admiradores", hubieran intentado traer al primer plano los asesinatos, las violaciones, las torturas y los secuestros de Hamás aquel fatídico 7 de octubre.

Pero no. Se eligió el 7 de octubre como el día adecuado para votar el embargo de armas a Israel, para hacer más que visible que el gobierno está mucho más con Hamás, autor de la masacre genocida que dio origen a la guerra abierta. ¿He dicho genocida? Sí, genocida. De origen, vocación y ejercicio. Y lo peor es que saben qué es y qué quiere Hamás y sus aliados internacionales. Y lo han expuesto por escrito en el propio Ministerio de Defensa. Lean este documento revelador.

¿Acaso ignora Pedro Sánchez que en la Carta Fundacional de Hamás (Pacto de Hamás), de 18 de agosto de 1988 se dice: "El Profeta, que la paz de Alá sea con él, dijo: La hora del Juicio Final no llegará hasta que los musulmanes luchen contra los judíos y los musulmanes los maten, y hasta que los judíos se escondan tras una piedra o un árbol y la piedra o el árbol digan: Musulmán, siervo de Dios, aquí, detrás de mí hay un judío, ven y mátalo!; pero el árbol de Gharqaad no dirá esto porque es el árbol de los judíos?." (Artículo 9, Universalidad del Movimiento de Resistencia Islámico).

Cualquier partidario de la solución final nazi aprobaría esta proclama antisemita. Pero Hamás esconde su ascendencia hitleriana acusando a los judíos de ser nazis y dice con una claridad meridiana, que sólo los lerdos o los cómplices no distinguen, que nada es posible fuera del Islam, en Oriente Medio y en todo el mundo. Israel, por supuesto. Occidente tampoco.

Para Hamás, en la reforma de su Carta Fundacional de años más tarde (2017), que elimina toda referencia escrita a matar judíos sin más, todo lo que hay desde el río Jordán hasta el Mar Mediterráneo es de los árabes palestinos musulmanes y por ello, se consideran legitimados para usar cualquier medio para conseguir ese fin. O sea, la destrucción del estado de Israel sigue en pie.

Es más, afirman expresamente en su punto 18 que "se consideran nulos y sin valor: la Declaración Balfour, el Documento del Mandato Británico, la Resolución de la ONU sobre la Partición de Palestina y cualesquiera resoluciones y medidas que se deriven de ellos o sean similar a ellos". O sea, que no aceptan ni aceptarán la coexistencia de dos Estados, uno árabe musulmán y otro israelí. Ni ahora ni nunca, por lo que las proclamas reconociendo al "Estado palestino" no son más que postureo político sin fundamento.

De todo lo que este gobierno podía haber hecho este 7 de octubre, segundo aniversario de aquella matanza de israelíes, si no quería recordar a las víctimas, ha hecho lo peor, lo que expone al mundo que este gobierno está moralmente muerto. No sólo se ha alejado de sus principales aliados de la OTAN, sino que ha suplantado a todos los españoles identificándonos sin más con la defensa de Hamás porque no hay otra cosa que Hamás y su dictadura en Gaza.

Podría haber intentado confundir, silenciar, distraer, mirar las musarañas, espantar moscas o lo que fuera, ha preferido hacer algo que, no sólo no podía pasar desapercibido, sino que ha demostrado a las claras cuál era su intención: despreciar el sufrimiento de Israel – me resulta imposible creer que no ha sido a conciencia -, y humillar a sus ciudadanos, sean del color político que sean, enviándoles el mensaje de que no pueden ni deben defenderse de quienes pretenden destruirlos.

Por si fuera poco, ha hecho el ridículo, algo que se paga en política. No sólo no sabía que el principio de la paz estaba gestándose este 7 de octubre - nadie confía ya en Sánchez -, sino que vio cómo se concretaban los acuerdos ese día y se firmaban los primeros documentos el día 8. O sea, que el Parlamento español aprobaba el tramposo embargo de armas a Israel el mismo día que se firmaba la paz. ¿Cabe algo más bufonesco e histriónico?

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