
Para Morgan Stanley, los mercados en el próximo año estarán impulsados menos por factores macroeconómicos generales y más por un conjunto de asuntos no resueltos sobre tecnología, comercio global, gasto de capital y comportamiento del consumidor.
Un tema central sigue siendo hasta dónde se expandirá la inteligencia artificial (IA). Y aunque la inversión en este sector ya es importante, este banco cree que la siguiente fase trata sobre discriminar dónde invertir: qué industrias realmente prometen ganancias significativas y cuáles simplemente absorberán mayores costes.
Transporte, comercio minorista, medios y salud se encuentran entre los sectores donde la IA podría cambiar materialmente la forma en que se realiza el trabajo, aunque los ganadores pueden diferir de las expectativas que hoy tienen la mayoría de los inversores y analistas.
