
Entusiasmados los seguidores merengues tras conquistar el Real Madrid la decimocuarta Copa de Europa, la del campeonato hoy llamado Champions, con una exclamación que los identifica en el campo, en el estadio Bernabéu, o en los alrededores de la estatua de la Cibeles, reunión masiva de aficionados blancos cuando su equipo alcanza un espectacular triunfo, hace unas semanas el de la Liga, y ayer el obtenido frente al Liverpool.
"¡Hala, Madrid!" Una jubilosa exclamación, que parte del himno oficial que aparece en la letra creada por Villegas, un conocido autor de coplas en su época de la postguerra, al que puso música el asimismo reputado maestro Marino. Curiosamente ese himno no partió de la directiva encabezada por don Santiago Bernabéu, como podría creerse, sino de una peña seguidora de los blancos, El Club, con sede en la madrileña calle de la Victoria, a espaldas de la Puerta del Sol, en las merindades de donde por entonces estaban las taquillas de la Plaza de Toros de las Ventas.
La referida peña se encargó de proponerle al cantante José de Aguilar, oriundo de Tomelloso y recriado en Albacete, con voz tenorina, que grabara el disco, recibiendo por ello cinco mil pesetas que en 1953 era una cantidad más que aceptable. José de Aguilar no sólo registró en un "single" (vinilo de dos canciones) aquel "¡Hala, Madrid!", sino que en la denominada cara B incluyó su interpretación de "La Saeta Rubia", pieza que estaba dedicada a quien por esas temporadas vestía en su camiseta el número 9, el del legendario delantero centro Alfredo Di Stéfano, cuya fama aún perdura. Y muy pronto, cuantos iban al estadio de Chamartín, en seguida rebautizado con el nombre de su presidente, el manchego de Almansa don Santiago Bernabéu, se aprendieron aquel himno, repitiendo sin cesar desde las gradas lo de "¡Hala, Madrid!".
Ya han transcurrido sesenta y nueve años de su estreno. No se ha olvidado ese doble signo vocal, escrito con interjecciones, que al pronunciarlos da a entender que debe expresarse en tono elevado. Puede que la letra contenga algunos resabios cursis, por aquello de "las mocitas madrileñas" o lo de "noble y bélico adalid", que literariamente parece entresacado de un arcaico texto. Mas los himnos del pasado suelen contener vocablos en desuso propios del tiempo en el que se estrenaron. De ahí que, o por otras razones, al cumplirse el Centenario del Real Madrid en el año 2002 se creara otro himno más actual compuesto por José María Cano, el brillante componente del trío Mecano, que interpretó un madridista de pro, Plácido Domingo. Y otro artista, el excelente cantaor jerezano José Mercé, cuyos colores futbolísticos siempre fueron los del Real Madrid, estrenaría en 2014, con ocasión de que el once madridista alcanzara la décima copa europea, un tercer himno en su honor con letra del brillante articulista Manuel Jabois y música de un compositor árabe-sueco, con la particularidad que lo interpretaron voces de jugadores del equipo incluyendo la de su entrenador y ahora también, Ancelotti. No eran precisamente las del coro que acompaña a Julio Iglesias, otro madridista de siempre, desde que era guardameta de los juveniles, pero suplían sus deficiencias musicales con su entusiasmo.
Resumiendo: el Real Madrid tiene tres himnos. Pero sus señas de identidad seguirán, apuesto que por mucho tiempo, las ligadas a una expresión a coro de sus miles de seguidores: "¡Hala, Madrid!".

