
Jeff Lemire y Dustin Nguyen, menuda pareja. Y lo digo porque ya he podido leer varios trabajos suyos incluyendo el que trajimos a esta misma sección de cómics de Libertad Digital y que en este caso tenían como protagonistas a una pareja que lo mismo les suena, Batman y Robin. Eso sí, en ese caso era al revés, Robin y Batman, ya que hablamos de un cómic que trataba más esta pareja de superhéroes desde el punto de vista del más joven, es decir, desde el punto de vista de Robin.
En esa historia, Robin era un niño aún y este Little Monsters tiene eso en común con esa obra ya que los protagonistas aquí son precisamente los más jóvenes. Ojo, los más jóvenes en forma, pero no en fondo ya que aquí hablamos de vampiros y eso cambia las cosas ya que muchos de estos niños ‘pequeños’ tienen más años que el mismísimo Jordi Hurtado de Saber y Ganar.

Antes de seguir, vamos con el apartado técnico del cómic: guion de Jeff Lemire, dibujo de Dustin Nguyen, 152 páginas, editorial Astiberri, cartoné tapa dura, volumen 1 y un precio de 18 euros.
Vamos con la reseña
Entretenimiento, vampiros y un gran desarrollo de personajes
Lemire es sinónimo de entretenimiento y sobre todo de historias interesantes. Historias que, dando igual la temática, porque en Jeff es variada, siempre tienen algo que aportar y sobre todo algo que te llame la atención para que el guion te atrape. Eso pasa con Little Monsters. Es una historia de unos niños, vampiros, que viven en una ciudad desierta y que se ha convertido durante décadas en su patio de recreo particular. Todo tras un apocalipsis que, supuestamente, acabó con los humanos. Eso sí, estos niños fueron abandonados por unos adultos, también vampiros, que hace mucho tiempo les prometieron volver y que no han vuelto a dar señales de vida.
¿Qué pasó con los humanos? ¿Qué pasó con esos adultos vampiros? ¿Qué pasa con estos niños? Eso es lo que plantea Lemire para atraparte y sí, lo consigue. Es cierto que esta temática te tiene que gustar, porque no estamos hablando de un Señor de las Moscas al uso con niños normales sino que estamos ante jóvenes vampiros que añaden a esta nueva vida en sociedad, el hecho de que no envejecen y no pueden morir. Eso cambia la historia y eso le da el toque diferente a una historia que se ha tratado en otras ocasiones, pero no desde este punto de vista.

Como buenos inmortales y niños, la ausencia de los adultos les ha hecho madurar de maneras diferentes y encontramos muchas personalidades dentro de un grupo complejo en el que hay algunos que disfrutan de la rutina y otros que están hartos de ella. Eso se complicará aún más cuando uno de ellos pruebe por primera vez la sangre humana y ese simple hecho romperá el grupo para siempre desembocando en varias historias y personajes que hacen que el lector empiece a sentir cosas. Esos sentimientos de empatía, de cariño por algunos personajes y de odio o lástima por otros es una de las especialidades de Lemire. La construcción de personajes, sin tener demasiados diálogos o textos largos, demuestra que el guionista estadounidense tiene muchísimo talento a la hora de ir tejiendo historias personales sea cual sea la temática. Por eso digo que Lemire es siempre interesante, porque te guste más o menos el cómic cuando lo termines, lo más normal es que acabes dándole vueltas a lo que acabas de leer. Cuando eso ocurre, cuando deja poso, has leído un cómic interesante.
A nivel de dibujo, varios detalles. Dustin Nguyen hace un gran trabajo y aquí nos movemos también en la búsqueda de impactar con el juego entre el blanco y negro que domina la escena y el potente rojo de la sangre. Se quiere destacar ese potente rojo en los momentos en los que esta debe aparecer y ser contundente y esa combinación funciona y convierte muchas viñetas en grandes escenas que mezclan la tensión, el terror y la fiereza de los vampiros. Porque nadie debe olvidar que estos niños, no son niños normales. Os dejo varios ejemplos del dibujo de Nguyen que, repito, brilla tanto en planos largos como en cortos y jugando mucho y muy bien con los escenarios y los momentos principales de la historia:


Conclusión: la temática es clara, vampiros. A partir de ahí es cuestión de elegir si es tu tema o no. Lemire garantiza entretenimiento y buen desarrollo de historia y personajes. Nguyen hace un gran ejercicio al dibujo con el blanco y negro más el rojo de la sangre dándole jerarquía a los momentos decisivos del guion. Además, este es el volumen 1 y eso implica que haya muchos misterios por resolver y sobre todo un final que te deja con ganas de más. Todo eso, si coincide con tus gustos, adelante. Si no eres muy postapocalíptico ni vampírico, Lemire tiene otras cosas que ofrecerte como ese Robin o Batman o Nadie, por poner dos ejemplos. Si gustan, disfruten de la lectura.