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¿Por qué okupa se escribe con k?

La RAE acepta "okupa" con k, un término que surgió como gesto de rebeldía y que hoy define a quien ocupa viviendas ilegalmente.

La RAE acepta "okupa" con k, un término que surgió como gesto de rebeldía y que hoy define a quien ocupa viviendas ilegalmente.
Manifestantes okupas de La Ingobernable | La Ingobernable

La Real Academia Española (RAE) incorpora en el Diccionario el término "okupa", escrito con k, un detalle ortográfico que no es casual. La palabra, que define a quienes se instalan en viviendas deshabitadas sin permiso del propietario, procede del verbo "ocupar", pero adoptó esta grafía como signo de transgresión y de diferenciación ideológica.

Según la definición oficial, "okupa" es un sustantivo y adjetivo de uso coloquial y pertenece al lenguaje propio de ciertos movimientos sociales. La institución la describe como: "Miembro de un colectivo radical que propugna la ocupación de viviendas o locales vacíos", y señala que su empleo se extiende también a adjetivos como "movimiento okupa" o verbos como "okupar".

La elección de la k no obedece a un capricho tipográfico. Desde los años ochenta, coincidiendo con la llegada a España de la influencia de los squatters británicos y de colectivos anarquistas neerlandeses, el uso de esta letra se popularizó en los entornos activistas como forma de subrayar la voluntad de ruptura con el orden establecido, incluidas las convenciones lingüísticas. En un contexto en el que la ocupación se reivindicaba como un acto político y no solo una necesidad habitacional, escribir "okupa" con k equivalía a manifestar una posición contracultural.

Okupa nació como término ideológico

La Fundéu, que asesora sobre el buen uso del español, ha recordado que "okupa" es hoy una voz asentada en España, Argentina y Chile, donde no requiere comillas ni cursiva, aunque en otros países su uso sigue siendo considerado extraño y se destaca tipográficamente. La propia RAE confirmó que estos términos se recogerían en el Diccionario con la marca de uso geográfico "España".

La ocupación de inmuebles no es un fenómeno nuevo: en España ya existían casos documentados en los años sesenta y setenta, cuando la presión demográfica y la falta de vivienda impulsaron la toma de edificios abandonados. Sin embargo, fue en la década de 1980 cuando la acción adquirió un cariz político más explícito y comenzó a articularse un discurso que unía protesta social, cultura alternativa y la gestión comunitaria de espacios.

Con la inclusión de "okupa", la RAE constata la evolución de un término que nació como etiqueta ideológica y que hoy forma parte del léxico habitual de la prensa y la conversación. Su recorrido evidencia cómo el idioma se adapta para reflejar los cambios sociales y las formas de disidencia, incluso cuando estas deciden desafiar las propias normas ortográficas.

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