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Los Oscars se ponen el pelo de Donald Trump

Los productores de la gala han querido que el escenario sea diferente sustituyendo los habituales cristales de Swarovski.

Los productores de la gala han querido que el escenario sea diferente sustituyendo los habituales cristales de Swarovski.
Premios Oscar | Archivo

Los Oscars son sin duda la ceremonia más lujosa y espectacular del mundo. Sobre su alfombra roja se dan cita las más grandes estrellas del cine vestidos por los más prestigiosos diseñadores y deslumbrando con impresionantes y millonarias joyas. Pero la espectacularidad no se queda sólo en el desfile hasta el patio de butacas. El escenario donde las estrellas de Hollywood suben para recoger su preciada estatuilla bañada en oro, por supuesto, es todo un espectáculo en sí mismo.

La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas había encargado tal cometido durante los últimos 6 años al diseñador de escenografías Derek McLane. El diseño por el que venía apostando se basaba en enmarcar el escenario del Dolby Theatre con cristales de Swarovski, concretamente 45 millones de cristales tenía el marco en 2018.

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Sin embargo, en 2019 los productores de los Oscars, encabezados por Donna Gigliotti y Glenn Weiss, querían un cambio para esta 91 edición, como si el hecho de que sea la primera vez que los Oscars no tienen presentador no fuera suficiente. Esta vez el encargado de diseñar el escenario ha sido David Korins, conocido por sus trabajos en Broadway (Hamilton, Dear Evan Hansen...).

Korins publicaba en su Twitter la primera imagen del escenario junto al siguiente texto: "Creo que todos podemos estar de acuerdo en que el mundo está lleno de DEMASIADAS líneas rectas y pensamientos cuadrados. Para los #Oscars de este año, he diseñado un mundo basado en la idea de la inclusión y las formas cálidas y acogedoras que se extienden y envuelven no solo a la audiencia, sino a todo el mundo mirando".

Los productores Gigliotti y Weiss decían al New York Times que "es una curva y desciende como un edificio de Frank Gehry (arquitecto que diseñó el Museo Guggenheim de Bilbao por ejemplo), que se extiende hacia el teatro". De hecho, destacan que "casi sale y te abraza".

Lo cierto es que la broma más repetida en las redes sociales es que el escenario tiene cierto parecido razonable con el pelo del presidente de Estado Unidos, Donald Trump.

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