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Sergio Pérez analiza la 38º gala de los Premios Goya donde las reivindicaciones políticas volvieron a estar muy presentes.

Una gala de los Premios Goya muy irregular donde Almodóvar soltó su mitin

Sergio Pérez analiza la 38º gala de los Premios Goya donde las reivindicaciones políticas volvieron a estar muy presentes.

Juan García Gallardo dijo días antes de la 38º edición de los Premios Goya que "los verdaderos señoritos son los que quieren vivir de producir obras cinematográficas que no ve nadie". Al mismo tiempo confirmó que asistiría a la gala siendo la primera vez que acudía un miembro de Vox.

Durante la alfombra roja una de las preguntas recurrentes a los cineastas y actores era qué les parecía la presencia de Vox. Pablo Berger, director de Robot Dreams, era muy diplomático al invitar a García Gallardo a "aprovechar esta noche para acercarse a nosotros y conocernos". Javier Calvo, uno de los Javis que han presentado la gala junto a Ana Belén, citaba al político socialista Pedro Zerolo, "usted en mi mundo sí cabe pero yo en el suyo no".

Lo cierto es que Vox pasó desapercibido durante toda la gala de los Premios Goya, hasta que salió Pedro Almodóvar al escenario para entregar el último galardón de la noche, el más importante, el de Mejor Película. Tras anunciar el premio llegó el vídeo con las imágenes de las 5 películas nominadas. Almodóvar abría el sobre, pero antes de sacar la tarjeta quiso aprovechar para soltar su discurso contra Vox. ¿En serio? ¿No tienes otro momento Pedro? ¿Te imaginas que Antonio Banderas y Penélope Cruz hubieran hecho eso cuando abrieron el sobre en los Oscar? ¿De verdad tenías que hacer esperar a los nominados que estarían de los nervios?

Sin nombrar a García Gallardo, pero era tan evidente que hasta la realización de TVE lo enfocaba, empezaba diciendo "les está hablando uno de estos señoritos, me vais a permitir que haga una reivindicación más". Según el director manchego, "el dinero que los cineastas recibimos con anticipo lo devolvemos con creces al Estado". Tras varios minutos, por fin se decidía a abrir el sobre y nombrar al ganador, La sociedad de la nieve.

Gaza, la reivindicación más repetida

Ya en la alfombra roja muchos actores y directores llevaban pegatinas a favor de Gaza. Ya empezada la gala, la primera entregadora de un Premio Goya era Alba Flores que decía saliéndose del guion "paz para Palestina". La directora vasca Estíbaliz Urresola al recoger su Premio Goya por Mejor Dirección Novel por 20.000 especies de abejas pedía acabar con el "genocidio".

Y una reivindicación, ésta sí, que afecta directamente al cine español, Se acabó. Es el lema contra los abusos sexuales en la industria audiovisual española y que tuvo su momento cumbre con la interpretación de la canción mítica de María Jiménez que sirvió al mismo tiempo para homenajear a la actriz.

Los Javis y Ana Belén

Los presentadores fueron bastantes irregulares. Hubo momentos buenos, pero también demasiados sin gracia ni emoción. Javier Ambrossi hablando de "los 15 segundos en los que fui hetero" ya que tuvo novia o de cuando vio recoger el premio a su hermana Macarena García, no sé muy bien dónde encajarlo. Muy emotivo, eso sí, fue el homenaje a la gran Concha Velasco.

Sigourney Weaver puso emoción y señorío

La actriz norteamericana recogía este año el Goya Internacional en su tercera edición. Anteriormente fueron Cate Blanchett y Juliette Binoche. Visiblemente emocionada, hizo un discurso muy emotivo elogiando al cine español citando a directores como Buñuel. El gran momento de su discurso fue cuando dijo que "Bill Murray siempre me dice que mi interpretación es mucho mejor doblada al español" y dedicó su Goya Internacional a su dobladora María Luisa Solá que "debería estar aquí junto a mí". Sí señor, qué clase.

En definitiva, una gala larga y sin ritmo en numerosas ocasiones, debido en parte a las excesivas actuaciones musicales. Por cierto, de los agricultores ni una palabra de solidaridad.

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