
En Las damas de la Moncloa Mª Ángeles López de Celis abre las puertas del palacio de la Moncloa y recorre la historia de España a través de las primeras damas de la democracia española. La escritora ha visitado Es la Mañana de Fin de Semana y ha desgranado los defectos y virtudes de cada una de ellas.
López de Celis ha definido a Ana Botella, mujer de José María Aznar, como "la faceta americana de la presidencia del Gobierno". "Es muy dinámica y muy lista pero también es altiva y un poco prepotente", decía. La autora considera que Aznar tenía su mejor activo en su mujer y que ella vivió en la Moncloa "con una intensidad asombrosa porque lo de mandar le gusta". Mientras estuvo en la Moncloa, según la autora, "no se sintió bien atendida a pesar de tener 50 personas a su servicio". También ha admitido la autora que Ana Botella es la más celosa de las primeras damas: "Cuando está en algún acto no pierde de vista a su marido ni un sólo momento".
La escritora de Las damas de la Moncloa ha definido a Sonsoles Espinosa, mujer de Rodríguez Zapatero, como "una mujer tan preocupada por la intimidad y el ocultismo que rayaba la fobia social". Pero a la vez, admite que era una persona muy cálida y cariñosa. "Era muy entrañable y natural y con ella el personal de la Moncloa ha trabajado cómodamente", explicaba. La autora ha afirmado que la familia Zapatero era "de vida tranquila, horarios disciplinados y costumbres sencillas", y añadía: "todos comentábamos que eran un poco aburridos". López de Celis ha criticado que la mujer de Zapatero no quisiera hablar ni acudir a los actos pero que sí utilizara ciertas estructuras en su beneficio.
A la mujer de Mariano Rajoy, Elvira Fernández, la define como una mujer de grandes cualidades. "Se lo toma con absoluta naturalidad, ha llegado a un punto medio entre el ocultismo férreo de Sonsoles y la exposición permanente de Ana Botella", decía López de Celis.
La autora ha recordado que empezó a escribir este libro cuando surgió el 15M, hace dos años, y "lejos de estar mejor estamos mucho peor". Considera que "el problema de España no tiene que ver con ideologías políticas sino con la permisividad de las estructuras políticas y sociales".
