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Blue Jeans: "Los jóvenes no adquieren hábito de lectura con Cervantes o Quevedo"

El escritor sevillano, referente de la literatura juvenil, regresa a las librerías con el thriller La chica invisible.

Tiene un ejército azul que le acompaña por medio mundo, pero que no tiene de bélico más que la furia con la que abrazan sus libros. Francisco de Paula (Carmona, 1978), más conocido como Blue Jeans, es uno de los autores de literatura juvenil más leídos en España...y de los más prolíficos. Tiene más de millón y medio de lectores de trilogías como Algo tan sencillo o El club de los incomprendidos, traducidas a varios idiomas. Este abril regresa a las librerías con La chica invisible (Planeta), un thriller con el que ha escapado de su "zona de confort" y con el que deja atrás "las portadas de corazoncitos".

"Los corazones siempre me han etiquetado, se me ha considerado un autor de novela juvenil romántica, pero cada vez he ido metiendo más misterio", asegura. "El libro no está hecho para ninguna edad. Las protagonistas son adolescentes, pero hay muchos adultos. Al final, es un thriller que le puede gustar a cualquier lector de misterio", añade.

Blue Jeans suele salir de gira tras cada publicación y en cada ciudad le esperan miles de seguidores incondicionales para cazar una firma, tanto en España como en Latinoamérica. "Pensamos que los jóvenes no leen, pero resulta que leen lo que quieren. En la época de crisis, el único sector que se mantuvo fue el de la novela juvenil. Grandes editoriales apuestan cada vez más por este género y por autores jóvenes, algunos vienen de Youtube o Internet y son fenómenos sociales entre los adolescentes", asegura.

Respecto a este asunto, Francisco de Paula es consciente del debate abierto que existe en los colegios para fomentar la lectura. "Los jóvenes no adquieren hábito de lectura con Cervantes o Quevedo porque no se sienten identificados y, muchas veces, ni lo entienden. Creo que deben estudiarse, pero es muy difícil que te aficiones a la leer con El lazarillo de Tormes. Yo me aficioné con Agatha Christie, el librillo rojo de Elige Tu Propia Aventura o El señor de los anillos. Eran libros que me apetecían, no que me obligaban".

"Sé que mis libros se leen en algunos colegios, pero todo lo que sea obligatorio es complicado", insiste. "Si yo fuera profesor, pondría una lista de libros y dejaría que los chicos leyesen lo que quisieran, pero obligar a leer no".

El peso de la responsabilidad

El carácter de un adulto se suele forjar en la infancia y la adolescencia y, como referente literario juvenil, siente cierta responsabilidad: "Claro que la siento, pero considero al lector una persona inteligente. Sé que no va a tomar al pie de la letra todo lo que pongo en un libro. No por escribir sobre un asesinato soy un asesino. A veces, no consideramos al lector lo suficientemente inteligente para diferenciar la realidad de la ficción, aunque sea un adolescente".

En La chica invisible, no toda la trama gira entorno a adolescentes aunque sí que llevan el peso principal. Aurora es la chica invisible del instituto y un día aparece muerta en el vestuario de su instituto, con un golpe en la cabeza y una brújula junto a su cuerpo. Julia, compañera de clase, tratará de averiguar quién es el asesino. Parece que tiene buen olfato y le viene de familia, pues su madre es la forense del caso y su padre el sargento de la Policía Judicial de la Guardia Civil encargado de la investigación.

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"Hay más adultos que otras veces, me interesaba que no pareciera irreal, que no sonara a Scooby Doo donde un grupo de chicos van detrás de un misterio. La forense y el sargento le dan veracidad a la historia", explica. En esta ocasión, Blue Jeans ha tenido que documentarse para la parte procesal de la historia, aunque los expertos los tenía en casa. Su padre era procurador de los Tribunales y le ha asesorado. Por primera vez, además, ha conseguido que éste se lea uno de sus libros. "Mi madre se había leído todos, pero es el primero de mi padre", dice entre risas.

Además, ha "improvisado" menos que en otros libros. De hecho, cuando terminó la novela, la entregó a parte de su familia y a varias personas de la editorial con la intención -y la promesa- de reescribirlo si alguno adivinaba su final. "Afortunadamente, nadie acertó", bromea.

No falta en La chica invisible uno de sus personajes fetiches: "el incomprendido". "Lo hago porque hay muchos chavales que se encuentran así, es lo que veo. Casi todos los días aparecen noticias de bullying escolar y ciberacoso. Puede parecer que lo que narro en mis libros es irreal, pero creo que es justamente lo contrario, que hay más casos en la realidad. Creo que si ven en una novela algo que a ellos les pasa, es más fácil que se atrevan a denunciarlo". Tampoco faltan los temas propios del "universo Blue Jeans" como la amistad, el amor o los problemas con los padres.

No cierra puertas a cambiar de regristo, aunque cree que nunca escribirá poesía o ciencia ficción.

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