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Loor de España, un género de la izquierda y la derecha

Andrés Amorós recuerda en Los Libros de Es la mañana de Federico algunas de las alabanzas más notorias hacia nuestro país.

Los Libros: Loor de España

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Andrés Amorós recuerda en Los Libros de Es la mañana de Federico algunas de las alabanzas más notorias hacia nuestro país.
Migue Hernandez. | LD

Repasando la historia, casi se puede hablar de loor de España como un género en sí mismo. Hay mucha tradición por contar las bondades de nuestro país, sin diferencias políticas: hay patriotas de izquierda y de derecha. Andrés Amorós recuerda en la sección Los libros de Es la mañana de Federico algunas de las frases más notorias.

San Isidoro:

Tú eres, oh España, sagrada madre, la más hermosa de todas las tierras que se extienden desde el Occidente hasta la India. Tú eres el honor y el adorno del mundo, la más ilustre porción de la Tierra

Alfonso X:

España, sobre todas, es adelantada en grandeza y, más que todas, preciada por lealtad. ¡Ay, España, no hay lengua ni imagen que pueda contar tu bien!

Carta de Fernando el Católico a Gucciardini, embajador italiano:

La nación es bastante apta para las armas, pero desordenada, de suerte que sólo pude hacer, con ella, grandes cosas el que sepa mantenerla unida y con orden.

Carlos V:

Hablo el español con Dios… Que mi lengua española es tan bella y noble, que debería ser conocida por toda la cristiandad.

Catalina de Erauso, popularmente conocida como la Monja Alférez:

A mí me parece, Sr., que no tengo otra cosa buena sino ser español.

Rubén Darío:

Dejad que siga y bogue la galera,
bajo la tempestad, sobre las olas,
va con rumbo a una Atlántida española
en donde el porvenir calla y espera (…)
Que la raza está en pie y el brazo listo,
que va en el barco el capitán Cervantes y arriba, flota el pabellón de Cristo.

Luis Cernuda:

La real, para ti, no es esa España obscena y despreciable
en la que regentea hoy la canalla
sino esta España, nueva y siempre noble
que Galdós en sus libros ha creado:
de aquélla nos consuela y nos cura ésta.

Miguel Hernández:

Abrazado a su cuerpo como el tronco a su tierra,
con todas las raíces y todos los corajes,
¿quién me separará, me arrancará de ti, madre?

Abrazado a tu vientre, ¿quién me lo quitará,
si su fondo titánico da principio a mi carne?
Abrazado a tu vientre, que es mi perpetua casa,
¡nadie!

Borges:

Podemos profesar otros amores,
podemos olvidarte,
como olvidamos nuestro propio pasado
porque inseparablemente estás en nosotros.

Blas de Otero (que inspiró una canción de Cecilia):

Camisa limpia de mi esperanza,
sola y soterraña
y decisiva
patria.

Gabriel Celaya, del Partido Comunista:

Nosotros somos quien somos.
¡Basta de historia y de cuentos!
¡Allá los muertos! Que entierren
como Dios manda a sus muertos.
Ni vivimos del pasado ni damos cuerda al recuerdo.
Somos a muerte lo ibero,
que nunca logró instalarse
puro, entero y verdadero.
De cuanto fue nos nutrimos;
transformándonos, crecemos.
España mía, combate (…)
Para salvarme y salvarte,
con amor te deletreo.

Marañón:

Amo tanto a España porque la conozco.

Jovellanos:

Quien deja de ser amigo de mi patria, deja de serlo mío.

Y muy típica es también la autocrítica, con ese punto de humor negro que tanto caracteriza a los españoles, como estas palabras de Joaquín Bartrina, nacido en Reus:

Oyendo hablar a un hombre, fácil es
saber en dónde vió la luz del sol.
Si alaba a Inglaterra, será inglés.
Si os habla mal de Prusia es un francés
y si habla mal de España… es español.

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