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Irène Némirovsky, la escritora que mejor retrató la desmoralización de la burguesía francesa

Andrés Amorós recomienda en Es la mañana de Federico la novela Los fuegos de otoño.

Los Libros: 'Los fuegos de otoño'

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Andrés Amorós recomienda en Es la mañana de Federico la novela Los fuegos de otoño.
Detalle de la portada 'Los fuegos de otoño' | Salamandra

Suite francesa es la obra cumbre de Irène Némirovsky y baluarte literario contra el fanatismo y la intolerancia que cautivó al mundo con su retrato de la sociedad francesa de entreguerras. En Los fuegos de otoño, Némirovsky compone de nuevo un fresco narrativo del envilecimiento de la burguesía parisina durante ese período vertiginoso.

Está escrita en la primavera de 1942, al mismo tiempo que Suite francesa y pocos meses antes de la muerte de la autora en Auschwitz. El reciente descubrimiento de una copia de la novela con abundantes correcciones de la propia Némirovsky le confiere un valor adicional. En España, publica la editorial Salamandra.

Irène Némirovsky pertenecía a una familia judía rica y era muy culta e inteligente. Fue perseguida y murió en Auschwitz, al igual que su marido. El éxito de Suite francesa hace que se editen todas sus novelas.

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Los fuegos de otoño está ambientada en París y cuenta la historia de Therese, que queda viuda en la I Guerra mundial. Aparece otro hombre en su vida, del que se enamora, a pesar de ser un sinvergüenza.

El tema principal es la crítica implacable de la desmoralización de la burguesía francesa después de I Guerra Mundial. Sólo cuenta el dinero, el derroche: "Nada conduce a nada" (pág.109). "Los mediocres triunfan" (pág. 172) "La guerra causa un herida incurable, el egoísmo" (pág. 64). "Se dedican a algo que se parece al trabajo pero no lo es" (pág. 202).

Otros temas de la novela son el amor fatal, equivocado; la denuncia constante, sin feminismos tontos, del distinto papel de hombre y mujer; y el paso del tiempo y la vejez : "Cambiamos de cuerpo y alma" (pág.168). "Como una luz que se va apagando" (pág.209). "Los muertos cercanos" (pág. 30). "El suave cinismo" (pág. 47).

En la novela, vuelca su visión implacable y pesimista sobre las relaciones familiares. No es nada sentimental. Queda patente en su final: "La batalla de Francia se perdió hace 20 años" (pág. 221): entre los personajes no hay ningún héroe, todos tienen debilidades.

Irène Némirovsky escribe de locura y une el análisis psicológico con la crítica social. Posee una finura psicológica y un estilo preciso, brillante, extraordinario. Hasta las escenas secundarias captan el interés. Si no fuera por el marco temporal, podríamos creer que lo han escrito Maupassant o Flaubert. El problema que podrían encontrar los lectores es su desolado pesimismo.

Irene Nemirovsky: Los fuegos de otoño, Barcelona, ed. Salamandra, 2020, 251 págs., 18 euros. ISBN:978-84-18107-00-9

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