
Maggie O’Farrell (1972, Coleraine, Irlanda del Norte) se ha convertido, por méritos propios, en un dulce para las librerías, uno de esos nombres por los que preguntan los lectores días antes del lanzamiento de un nuevo trabajo. La autora de Hamnet (2021) y El retrato de casada (2023), ambas novelas publicadas por Libros del Asteroide, disfruta de una plenitud narrativa respaldada por la crítica y ha sido protagonista de cientos de clubes de lectura en los últimos años. En marzo llegó a España La distancia que nos separa, una novela con trampa pues fue publicada originalmente en 2004.
Esta novela es previa a sus éxitos recientes, los que le han consolidado como un fenómeno literario en lengua anglosajona, y anterior incluso a La extraña desaparición de Esme Lennox (2009) e Instrucciones para una ola de calor (2013), los primeros de sus títulos en traducirse a español de la mano de la editorial Salamandra.

Estos 20 años transcurridos demuestran que el oficio se aprende. El talento de O’Farrell está presente, con destellos de su sofisticada prosa y de su efectista suspense. La novela fue respaldada por el premio Somerset Maugham, pero le falta ese salto que con los años supo dar. Están sus señas de identidad y los cimientos de la carrera que ha sabido labrarse, pero sus lectores la encontrarán lejana.
La primera diferencia aparece en la trama. En sus dos grandes éxitos, la escritora norirlandesa reinterpretaba desde la ficción un capítulo real de la historia (en un caso, relacionado con el hijo de Shakespeare en la Inglaterra del siglo XVI y, en otro, con Lucrezia, hija de los Médici, en la Italia renacentista. En La distancia que nos separa, O’Farrell no se vale de ningún personaje histórico, sino que opta por dos jóvenes anónimos como protagonistas. Stella, una joven que, paseando por Londres, se cruza con un hombre que la devuelve a un momento insoportable de su pasado y Jake, que vive un traumático suceso durante la celebración del Año Nuevo chino en Hong Kong. Ambos huyen de sus vidas actuales en busca de refugio.
Ya se detecta esa capacidad suya de embellecer lo cotidiano y lo nimio de una forma magistral, aunque, en esta ocasión, solo son trazos esporádicos. Aparecen en esta novela temas que se convertirán en la columna vertebral de la literatura de O’Farrell, como los lazos familiares, el peso del origen o el destino trazado. También son comunes los personajes en momentos de crisis existenciales.
Lo mejor de esta novela es constatar que O’Farrell ha recorrido una senda hasta un lugar fabuloso y tiene lógica pensar que el camino no ha terminado.
Maggie O’Farrell. La distancia que nos separa. Traducción de Concha Cardeñoso. Libros del Asteroide, 2024. 384 páginas. 22,95 euros