
Durante más de un siglo, historiadores y científicos han especulado sobre los problemas de salud de Ludwig van Beethoven y los misterios que rodean su muerte. Pero ahora, gracias a cinco mechones de su cabello que han pasado por análisis genéticos avanzados, tenemos respuestas más claras. Y alguna que otra sorpresa inesperada.
Un equipo internacional de investigadores ha logrado reconstruir el genoma de Beethoven a partir de muestras históricas de su cabello. Lo que encontraron va mucho más allá de la música: predisposición a enfermedades hepáticas, una posible infección de hepatitis B en sus últimos años… y un cambio de rumbo en su árbol genealógico que nadie esperaba.
El mechón más famoso… no era suyo
De las ocho muestras analizadas, solo cinco fueron consideradas auténticas. ¿El motivo? Una de las más conocidas, el "mechón Hiller", ampliamente estudiado y expuesto durante años, resultó tener ADN femenino. Es decir: no pertenecía a Beethoven. Un error histórico que la genética ha dejado claro.
Las cinco muestras válidas —procedentes de colecciones privadas y museos— sí mostraron coincidencias genéticas entre sí y encajaban con los datos biográficos y cronológicos del compositor.
Riesgo hepático y una posible hepatitis: el cuerpo también hablaba
El análisis del ADN reveló que Beethoven tenía varias variantes genéticas asociadas a daño hepático, incluyendo dos copias del alelo de riesgo en el gen PNPLA3. A esto se suma un hallazgo especialmente relevante: restos de ADN del virus de la hepatitis B en uno de los mechones más cercanos a la fecha de su muerte.
Aunque no se puede saber exactamente cuándo se infectó, los autores creen que la combinación de estas variantes genéticas, una posible infección viral y un consumo elevado de alcohol (según fuentes históricas), podría haber contribuido al deterioro de su salud y a su muerte prematura.
Un apellido con sorpresa: algo no encaja en el árbol genealógico
Pero si la genética médica ya aportaba respuestas interesantes, el análisis del cromosoma Y —transmitido de padres a hijos— añadió una pieza inesperada al rompecabezas: el perfil genético de Beethoven no coincide con el de los descendientes actuales que llevan su apellido.
Esto sugiere que en algún momento entre el siglo XVI y el siglo XIX se produjo un "evento de paternidad extramatrimonial". En otras palabras: alguien en la línea paterna no era hijo biológico del padre que figura en los registros. ¿Fue un error, un secreto de familia o algo desconocido? Nadie lo sabe, pero el ADN sí lo ha detectado.
Por otro lado, el análisis de ascendencia sitúa sus orígenes geográficos en la región flamenca de la actual Bélgica, lo que coincide con los datos históricos conocidos sobre su familia paterna.
El estudio no da respuestas absolutas, pero sí muchas pistas
Los investigadores insisten: estos hallazgos no pueden confirmar por sí solos las causas de la enfermedad ni la muerte de Beethoven, pero sí refuerzan hipótesis previas con datos genéticos. La predisposición hepática, combinada con otros factores conocidos, encaja con los síntomas que describieron sus médicos: ictericia, dolor abdominal, cirrosis.
Y aunque no se puede saber cuándo se produjo ese quiebro en la línea paterna, el estudio deja claro que la genética también puede revelar secretos que los archivos y biografías pasaron por alto.
Begg, T., van Oven, M., Schweighauser, A., et al. (2023). Genomic analyses of hair from Ludwig van Beethoven. Current Biology, 33(7), 1250–1262.e12.



