
La Monumental de Las Ventas no es sólo una plaza de toros. Para algunos es el templo supremo de la tauromaquia, la catedral del toreo; para otros un lugar para escapar en las tardes del mayo isidril de sus tediosos trabajos y mezclarse con lo más cañí y lo auténtico que queda por la capital; otros quieren ir allí a la fiesta postcorrida que inunda los pasillos y las terrazas del coso pese al rechazo de los puristas; algunos van allí a los conciertos y otro quieren demolerla y construir un pipican donde los hombres más valientes y el animal más sagrado han vertido su sangre.

Lo cierto es que Las Ventas es una plaza de toros, la de Madrid y, también, un centro cultural de primer nivel en el que en invierno se puede asistir desde un concierto de El Arrebato, Nach o Medina Azahara a la Gala de San Isidro pasando por una sesión de Claptone en la carpa que han colocado en el ruedo; al quinto museo más visitado de la Comunidad de Madrid; numerosos coloquios; la única librería de ámbito exclusivamente taurino que existe y, desde esta semana, a la mayor biblioteca taurina del mundo.
Según comenta Esther Barriuso, la responsable de esta biblioteca, sita en los bajos del tendido 6 de Las Ventas (donde antes estaba la Sala y biblioteca Cossío) a Libertad Digital esta colección es la mayor del mundo aunque asegura que se decía que había una en México. Desde luego, desde que el ganadero Antonio Briones ha donado su biblioteca taurina a la Comunidad de Madrid al unirla con los fondos que ya existían en Las Ventas ahora sí es la más numerosa: cuenta con más de 18.000 volúmenes.
Para mantener todo ese material, algunos documentos y obras son muy antiguos y delicados, la Comunidad de Madrid ha adquirido más de una decena de armarios compactos para conservarlos. "No sirven solamente para el ahorro del espacio, son muy buenos para la conservación de los documentos", explica la guardiana de este tesoro cultural único al que ha tenido acceso este periódico.

La donación de Antonio Briones
La colección de Antonio Briones, ganadero del histórico hierro de Carriquiri, uno de los más antiguos de España, de origen navarro, estaba antes en una oficina en un edificio de la calle Génova de Madrid, justo al lado de la sede del PP. La bibliotecaria explica que en su traslado a la Monumental "se ha respetado la ordenación que estaba en su antigua ubicación".

Cuenta que no es sólo una biblioteca lo que hay ahora en Las Ventas sino "una biblioteca-archivo-museo" que ya contaba con "la primera colección que funda José María de Cossío, que es la del crítico taurino Capdevila". "Es impresionante. Este señor (Antonio Briones) no solamente adquiere cualquier tipo de obra relacionada con los toros. También las encuaderna, tiene su bibliotecario. Es una dedicación impresionante. Va a subastas, tiene recortes, tiene todos los programas de Las Ventas que a nosotros, entre una cosa y otra…". Esther Barriuso deja la respuesta en el aire admitiendo que ni la propia plaza tenía el material que tiene el ganadero de Carriquiri."Es una biblioteca que tiene además de libros y publicaciones periódicas desde el siglo XIX, tiene todo tipo de materiales: carteles, estampas, libros de láminas que se podría valorar como material de museo, sellos, materia efímera y muchísimo material fotográfico desde el XIX", explica Esther Barriuso. La bibliotecaria destaca que "el libro más antiguo es de 1568" y que tienen "algunos del siglo XVII y, sobre todo, del XVIII y XIX".
Gran parte del material que ya contaba la antigua Biblioteca José María de Cossío procedía de la Diputación de Madrid. Una "documentación que viene también desde la Plaza de Toros de la Puerta de Alcalá". En la colección hay también obras de arte de Picasso o parte del archivo fotográfico de Martín Santos Yubero, incluido un álbum personal escrito de su puño y letra sobre Manuel Rodríguez Manolete. Esther Barriuso señala que "más o menos tenemos unos 11.000 títulos de la Carriquiri más unos 4.000 nuestros. En volúmenes supera los 18.000".
Como muestra de la colección que tienen en la principal plaza de toros del mundo y llevarnos al almacén al que sólo pueden acceder los responsables nos enseña algunos objetos. "Tengo expuesto un libro de cromos, que debe ser de principios del XX o finales del XIX por la estética. Hay sellos, abanicos, aleluyas que parecen cómics. Esto da para mucho", señala.

No es un museo
Una le las cosas que más advierte la bibliotecaria es que "no es un museo" y que al haberse dado a conocer a la prensa parte del contenido de la colección puede llamar la atención de los curiosos. Sin embargo, sí que es consciente que no va a tener "un montón de público" porque es una biblioteca especializada que "es ideal para hacer cualquier trabajo de investigación relacionado con el mundo taurino", al que se podrá tener acceso de lunes a viernes en horario de mañana. "Si un particular quiere consultar, hacer una tesis, se le saca, como en cualquier biblioteca, el contenido que quiera. Otra cosa es que alguien quiera hacer algo de fotografía o documento antiguo entonces el procedimiento es el de cualquier biblioteca de conservación o museo: derechos de autor y pedir permisos", dice la bibliotecaria.

En la sala de lectura, sin embargo sí que hay algunos objetos de colección expuestos. Esther Barriuso explica que "aquí hay colección que se está exhibiendo es para la inauguración de la Biblioteca Carriquiri que son libros de láminas pero eso no es para consultarlos". "Eso pasa en cualquier biblioteca. Lo que tiene los toros es que es de una plasticidad… que los pintores y los grabadores hacen libros de tauromaquia como los de Antonio Carnicero o los de Goya, que están en el museo".