
La OTAN quiere que España invierta más en Defensa y lo empiece a hacer lo más rápidamente posible. Ése es el mensaje que le ha trasladado este lunes el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, al presidente español, Pedro Sánchez, durante el encuentro que han mantenido en el Palacio de La Moncloa. Un tirón de orejas al país que según las proyecciones de la Alianza Atlántica para 2024 menos invirtió en Defensa.
El gran problema no es que España sea el farolillo rojo, sino cómo lo es. Los países de la OTAN se comprometieron en 2014 a invertir al menos el 2 por ciento de su PIB en Defensa en 2024. En el año que se debía cumplir con ese porcentaje, la proyección del organismo dice que en España tan sólo se invirtió el 1,29 por ciento del PIB, es decir, que se está muy lejos de cumplir con el compromiso adquirido.
Esa misma proyección dice que este año 2024 van a cumplir con lo pactado 23 de los 31 países que forman parte de la OTAN, es decir, que más de una veintena de países van a superar la inversión mínima del 2 por ciento del PIB. Y hay alguno más que va a estar muy cerca de ese mínimo. Los datos siempre se dan sobre 31 países, porque uno de los países aliados, Islandia, no cuenta con fuerzas armadas.
Este encuentro se ha producido en un contexto complicado para el Gobierno español. La OTAN está debatiendo desde hace unos meses la posibilidad de poner un nuevo mínimo destinado a la inversión en Defensa para sus aliados, que se situaría en al menos el 3 por ciento del PIB. Un nuevo objetivo que según lo hablado hasta ahora, y que no será firme hasta que finalmente se ratifique en la cumbre de Países Bajos de junio, se tendría que cumplir para 2030.
Y precisamente, sobre ese año 2030, en el que es posible que la mayoría de aliados estén ya sobrepasando el 3 por ciento de inversión en Defensa –la proyección de 2024 dice que este año ya lo han superado cinco (Polonia, Estonia, Estados Unidos, Letonia y Grecia)– sería cuando el Gobierno de Pedro Sánchez, según lo anunciado en la cumbre de la OTAN de Madrid, tendría previsto llegar al 2 por ciento comprometido para el año pasado.
En medio de ese debate aliado, se ha producido la irrupción de Donald Trump al frente de la Presidencia de Estados Unidos, que en sus primeras declaraciones quiere que la inversión mínima en Defensa de los países aliados se dispare hasta el 5 por ciento del PIB, unas cifras que en estos momentos no cumple ningún aliado, ni siquiera el propio Estados Unidos, cuyos presupuestos de Defensa fueron del 3,38 por ciento de su PIB en 2024 según la OTAN.
El propio Rutte ha publicado un mensaje en la red social X, antes conocida como Twitter, tras su encuentro con Sánchez en el que explica que su conversación con el líder español ha ido entorno al apoyo a Ucrania frente al invasor ruso, del "importante papel" que juega España en la defensa colectiva de la OTAN y en "la urgente necesidad de invertir más" en Defensa.
It was a pleasure to visit Madrid 🇪🇸 to meet with Prime Minister @sanchezcastejon. #Spain plays an important role in our shared security. We discussed support for Ukraine as well as our deterrence & defence and the urgent need to invest more now. pic.twitter.com/vXHXAe5Ttc
— Mark Rutte (@SecGenNATO) January 27, 2025
Frente a esta situación, España predica en el desierto para que en la OTAN se valoren otras cuestiones más allá que la inversión presupuestaria en Defensa. Quiere que se tenga en consideración el esfuerzo que se realiza en las misiones en el exterior o la inversión absoluta en materia de Defensa –lo que favorece a España por tener una economía mucho más grande que los países más pequeños–.
En este sentido, el Ejecutivo está dando cifras dispares sobre la posición española dentro de la OTAN en lo que a inversión absoluta se refiere. La ministra portavoz, Pilar Alegría, situaba a principios de la pasada semana a España en el octavo lugar. El viernes, la ministra de Defensa, Margarita Robles, la bajaba al décimo lugar. Este mismo lunes, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, volvía a subirla al octavo lugar. Sánchez le ha dicho a Rutte que somos el décimo contribuyente. En el Gobierno son incapaces de ponerse de acuerdo.
Otro de los factores que el Gobierno quiere que se tenga más en cuenta es el porcentaje real de la inversión en Defensa que se dedica a grandes programas de armamento, equipamiento y material militar. Ahí la OTAN marca un mínimo del 20 por ciento y España cumple con creces con un 30,3 por ciento, según la proyección para 2024. Pero también es cierto sólo dos países de los 31 aliados que no cumplen con ese baremo del 20 por ciento: Bélgica y Portugal.
E, incluso, según han explicado fuentes gubernamentales tras el encuentro, que se valore también el esfuerzo presupuestario realizado por los países. Así, Sánchez ha intentado convencer a Rutte de la implicación española con el dato de que el presupuesto militar se ha elevado un 70 por ciento en la última década.
La visita de Mark Rutte a España no ha sido la única con tirón de orejas del día. Tras iniciar la jornada en el acto del 80 aniversario de la liberación del campo de Auschwitz, en Polonia, el líder de la OTAN ha viajado a Portugal, otro de los países con datos de inversión en Defensa calamitosos. Allí ha comparecido en rueda de prensa con el primer ministro portugués, Luis Montenegro, un acto público que ha querido organizar La Moncloa en nuestro país.

