
La guerra de Ucrania ha llegado a un nuevo punto de inflexión. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha supuesto un giro radical en las posiciones de Estados Unidos, que ha dejado de lado la prioridad de ayudar al país agredido para involucrarse de lleno en buscar un proceso de paz a toda costa, aunque eso implique ahogar militarmente a Ucrania y facilitar todos sus objetivos a la Rusia de Vladimir Putin.
Ucrania se está volcando en mantener el apoyo de los socios europeos. Su presidente y sus ministros de Exteriores y Defensa están visitando los países del viejo continente no sólo para tratar de mantener el apoyo político y militar, sino en muchos casos también para firmar acuerdos de compra de armamento con empresas de esos países, con el objetivo de tratar de mantener el riego constante de material que necesitan para defenderse del agresor ruso.
En este contexto se circunscribe la visita que el ministro de Defensa de Ucrania, Rustem Umerov, ha realizado este viernes a Madrid. Primero se ha reunido con su homóloga española, Margarita Robles, que le ha trasladado el apoyo cerrado de España. Según le ha explicado, la ayuda española a Ucrania se extenderá más allá de un posible alto el fuego. Se continuará con el envío de material militar, formación de militares, ayuda humanitaria y atención sanitaria.
Posteriormente, el ministro ucraniano se ha reunido con los responsables de seis empresas españolas del sector de la Defensa con el objetivo de cerrar posibles acuerdos comerciales. Estas seis empresas, según han detallado fuentes del Ministerio de Defensa a Libertad Digital, son Arquimea, Escribano (EM&E), Rheinmetall Expal, Instalaza, Nammo Palencia y NTGS (New Technologies Global Systems).
Los ucranianos han mostrado interés en varios productos de cada una de las empresas. En la munición merodeadora (drones suicidas) Q-Slam-40, el sistema de objetivos para morteros eCompass, el sistema de mantenimiento de morteros mCounter, el sistema de control de fuego de morteros y artillería Techfire, o el sistema no tripulado UAV Sheperd, en el caso de Arquimea.
En las torres robotizadas Guardian y Sentinel en el caso de Escribano (EM&E). En la familia de sistemas de armas de infantería C-90 de Instalaza. En los drones submarinos y en los sistemas de mortero de 120 mm, 81 mm y 60 mm de NTGS. Así como en la capacidad de fabricar munición para fusilería y artillería de las fábricas de Rheinmetall Expal (antigua Explosivos Alaveses) y Nammo Palencia.

