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Un año con las nuevas radios de las Fuerzas Armadas en el aire: el calvario de Aicox por el veto del Gobierno a Israel

La empresa presentó un plan industrial a Defensa para continuar la transferencia tecnológica desde Israel pero no ha tenido respuesta.

La empresa presentó un plan industrial a Defensa para continuar la transferencia tecnológica desde Israel pero no ha tenido respuesta.
Radio E-lynx de tecnología israelí, base del programa SCRT de las Fuerzas Armadas. | Aicox

El hecho de que el Gobierno esté supeditado a pequeños partidos de extrema izquierda está suponiendo serios problemas para sacar adelante algunos proyectos en materia de Defensa y Seguridad. Partidos como Sumar, Podemos, ERC o EH Bildu están ejerciendo un fuerte presión sobre el ala mayoritaria del Gobierno –controlada por el PSOE– para que se ejerza el veto al Gobierno de Israel y a sus empresas.

El último ejemplo de ello se vio hace unas semanas a cuenta de un contrato de munición que el Ministerio del Interior firmó con una empresa israelí para comprar munición para las pistolas de la Guardia Civil. Estos partidos obligaron a anular el contrato, algo que terminó haciendo Pedro Sánchez, pese a que esa anulación supondrá pagar seis millones de euros a la empresa israelí –el total del monto económico– sin que se vea una sola bala.

El Ministerio de Defensa también está teniendo problemas, aunque muchos menos de los que se podrían esperar. Algunos de sus últimos programas de armamento, que están destinados a modernizar a las Fuerzas Armadas, pivotan en torno a tecnología que pertenece a empresas israelíes, lo que está dejando algunos contratos en el aire, aunque varios contratos de importante calado han esquivado el control de estos socios anti-israelíes.

Uno de los contratos que sí se están viendo afectados es el relativo a las nuevas radios de las Fuerzas Armadas. Un programa que afecta especialmente al Ejército de Tierra, pero también al resto de Ejércitos. Se trata del Sistema Conjunto de Radio Táctica (SCRT), para cambiar el actual sistema de comunicación UHF/VHF por el moderno sistema de radio definido por software (SDR), algo que están haciendo la gran mayoría de los países de la OTAN.

El presupuesto total de este programa era de 783 millones, de los que los 80 primeros millones se pagaron a cuenta de los presupuestos de 2023. El libro verde de los presupuestos de ese año marcaba también un pago de 86 millones de euros para los años 2024, 2025 y 2026.

Pese a todo esto, los problemas vienen porque la adquisición de esta radio está liderada por dos empresas españolas, Aicox y Telefónica, que para hacerlo con éxito han tenido que recurrir a la transferencia de tecnología israelí, pues la tecnología del sistema de comunicaciones que fue elegido en su momento por el Ministerio de Defensa, la radio E-Lynx, pertenece a Elbit Systems, una de las grandes empresas israelíes del sector de la Defensa.

El problema es que esa transferencia de tecnología, que permite no sólo fabricar la radio en España sino todos sus componentes, se va realizando por fases. Y la crisis política iniciada por el Gobierno español con el de Israel ha llegado en un momento en el porcentaje de transferencia tecnológica se encuentra situado en torno al 15-20 por ciento. Es decir, que todavía se depende de Israel en un 80-85 por ciento.

Fuentes de Aicox han explicado en las últimas horas, en el marco de la Feria Internacional de la Defensa y Seguridad (FEINDEF) que se está celebrando en Madrid, que presentaron hace un año un plan industrial al Ministerio de Defensa para seguir avanzando en las fases de españolización del proyecto para alcanzar el 100 por ciento de españolidad, pero que no han obtenido ninguna respuesta por parte del organismo gubernamental.

"El Ministerio de Defensa está en su encrucijada propia de tomar decisiones", dicen desde la empresa, que destaca que en estos momentos el programa de radio SCRT no es viable si no se sigue recibiendo la transferencia de tecnología necesaria desde Elbit Systems. Un problema al que se añade el hecho de que la modernización tecnológica de esta tecnología es una necesidad operativa para las Fuerzas Armadas.

La esperanza para la empresa es que todo parece indicar que el programa sigue adelante. No en vano, es uno de los Programas Especiales de Modernización (PEM) que aparecieron reflejados en el plan industrial para la Defensa que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció hace unas semanas en el Palacio de La Moncloa. Figura con una aportación de 350 millones de euros para un contrato plurianual.

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