
La actividad del Destacamento Vilkas del Ejército del Aire y el Espacio, compuesto por ocho cazas Eurofighter Typhoon y desplegado en la base aérea de Siauliai (Lituania) desde el pasado mes de agosto, se ha disparado en los últimos días. Unos hechos que han coincidido con el incidente que se produjo a finales de la pasada semana, con la incursión de sistemas no tripulados rusos en Polonia que tuvieron que ser derribados por cazas de la OTAN.
Los aviones españoles tan sólo habían tenido que llevar a cabo tres misiones de intercepción durante su primer mes en el Báltico. Se trataba de aeronaves rusas que volaban sobre espacio aéreo de las pequeñas repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) sin plan de vuelo notificado y con el transpondedor apagado, es decir, incumpliendo las leyes de navegación aérea. Pero las intercepciones se dispararon los días antes del incidente en Polonia.
Fuentes del Estado Mayor de la Defensa (EMAD) han explicado que el martes 9 de septiembre se recibió un aviso por un tráfico sin identificar que, procedente de la región de Kaliningrado, volaba con rumbo norte, próximo al espacio de soberanía de las repúblicas bálticas. Los Eurofighter españoles identificaron al causando como avión de transporte Ilyushin IL-76 de la Fuerza Aeroespacial rusa.
El mismo día, los cazas españoles volvieron a ser activados para reconocer un tráfico sin plan de vuelo ni transpondedor activado que volaba sobre el Golfo de Finlandia. Se trataba de un avión de transporte Tupolev TU-154 ruso. Seguidamente, se les ordenó reconocer un tráfico desconocido en la misma zona, que resultó ser una aeronave de vigilancia y reconocimiento, de nacionalidad rusa, modelo Ilyushin IL-20.
Un día después, el miércoles 10 de septiembre, los Eurofighter españoles fueron activados para identificar un objeto, con un perfil de vuelo similar al de los drones, sobre territorio lituano. Al anochecer, otro objeto que penetró el espacio aéreo de Letonia. En ambos casos, se perdió el contacto con los objetos antes de que los cazas españoles pudieran llegar a entablar contacto visual con los aparatos para realizar la intercepción.
Las mismas fuentes han explicado que la tarde del sábado 13, un día después del incidente en Polonia, los cazas del Destacamento Vilkas tuvieron que salir nuevamente para reconocer una traza que, procedente de Kaliningrado, no tenía comunicaciones con los servicios de control de tránsito aéreo. Una vez realizado el reconocimiento del objeto, los Eurofighter confirmaron que correspondía con el TU-154 militar ruso que constaba en el plan de vuelo.
La reacción de la OTAN al incidente aéreo en Polonia ha sido la constitución de una nueva alianza de aviones de combate en la Europa del Este, que reforzará las actuales misiones de Policía Aérea. El Gobierno de España anunció pocas horas después de conocerse la decisión de la organización internacional que está previsto que cazas del Ejército del Aire y el Espacio participen en la misma.

