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El Barça de Guardiola hace gala de humildad mientras desprecia al Madrid

El lapsus del técnico en la rueda de prensa previa al Shakhtar es la última piedra de los azulgrana al eterno rival.

El lapsus del técnico en la rueda de prensa previa al Shakhtar es la última piedra de los azulgrana al eterno rival.

Curiosamente, el técnico más precavido y más respetuoso con los rivales de cuántos compiten, sufrió un lapsus este lunes. Es difícil pensar que el entrenador del Barcelona confunda en la ronda que juega su equipo en la Liga de Campeones y, encima, no recuerde que el eterno rival le espera en semifinales, seguramente.

Pep Guardiola hace de la prudencia su bandera. Sin ir más lejos, ante el Shakhtar Donetsk defendió que la eliminatoria no está resuelta y puso el ejemplo de cuánto sufrieron ante el Betis en la Copa del Rey. Igual de cauteloso se mostró ante el Almería o el Ceuta, por ejemplo. Y no duda tampoco en elevar a los altares a todos sus rivales.

Sin embargo, entre tanto elogio, el lunes se le olvidó que su equipo no juega todavía las semifinales de la Champions y que, si eliminan a los ucranianos, todavía les quedará una eliminatoria ante el eterno rival. ¿No se ha hablado lo suficiente de los cuatro clásicos como para olvidarlo?

La campaña publicitaria

Antes de este fin de semana, Pep Guardiola se reunió con Sandro Rosell para analizar la parcela deportiva en vísperas del decisivo mes de abril. Según recogieron varios medios de comunicación, el técnico expresó su malestar con las salidas de tono que, según Guardiola, estaba realizando el club menospreciando al Real Madrid. La última, la campaña en los autobuses de Barcelona.

Dos semanas antes del clásico de la Liga, los autobuses urbanos de Barcelona amanecieron empapelados con la famosa manita que recuerda al 5-0 de la Liga. Con excusa para una campaña de asistencia sanitaria, Busquets, Puyol, Xavi, Valdés y Villa aparecen con la mano desplegada en la que se puede leer "Units" (Unidos).

La porra y Buenafuente

Una semana antes, el propio Sandro Rosell hizo una porra (solidaria) para la final de la Copa del Rey. El resultado del presidente fue 5-0. Poco después, pidió perdón por su salida de tono. Antes, Guardiola ya había reprobado en público a su presidente asegurando que él no lo hubiera dicho. Al cóctel se sumó este lunes Joan Gaspart, que, muy prudente, dijo que él pronostica un 14-0 para la final.

Pero no sólo los directivos menosprecian y calientan los clásicos. Víctor Valdés, en un ambiente distendido en el programa de Buenafuente y ante un público culé, se preguntó si las victorias del Real Madrid eran en color o en blanco y negro cuando el presentador le preguntó sobre el dominio histórico de los blancos en los enfrentamientos directos.

Siempre se ha tachado al Real Madrid de prepotente cuando Vicente Boluda habló del "chorreo" al Liverpool, o cuando Sergio Ramos dijo que le iban a meter tres al Olympique de Lyon. Y se hizo escarnio público de Cristiano Ronaldo cuándo instó al Barcelona a meterles ocho, al igual que hicieron con el Almería.

Ahora que en el Real Madrid reina la más absoluta prudencia, en el Barcelona están menospreciando a su eterno rival y, aunque hacen gala de victimismo y de respeto al rival, tienen al equipo de Mourinho como su blanco favorito. En un mes se verá quién saca pecho por última vez.

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