Pep Guardiola ha impuesto la ley del silencio entre los jugadores del Barcelona, a los que ha prohibido que comparezcan en público para no aumentar la crispación con el Real Madrid, cuyo último capítulo se escribió este jueves, un día después de la victoria de los azulgrana en el Bernabéu (0-2), con las denuncias mutuas entre ambos clubes.
Según informa Marca, todo comenzó a mediados de abril, en vísperas del primer clásico liguero en el Santiago Bernabéu (1-1), al no dejar que nadie hablara el miércoles, un día después de la victoria del Barça frente al Shakhtar Donetsk en Ucrania (0-1), en la vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones, ni tampoco el jueves. El viernes, en la previa del Madrid-Barça, fue el técnico de Sampedor el único que dio la cara ante los medios de comunicación.
El protocolo se repite ahora de nuevo. Después de la victoria en el segundo clásico en terreno madridista, la plantilla del Barcelona se entrenaba este jueves a puerta cerrada y ningún futbolista compareció en la sala de prensa. Este viernes, en la víspera del choque liguero frente a la Real Sociedad en Anoeta, Guardiola volverá a ser el único que comparezca ante los medios de comunicación.