El serbio Novak Djokovic se ha proclamado por segunda vez en su carrera campeón del Masters 1000 de Roma, el tercero del curso en tierra batida, tras imponerse en la final al español Rafael Nadal, por un doble 6-4 después de dos horas y 12 minutos de partido. Es el séptimo título que Djokovic logra este curso tras el Abierto de Australia, Dubai, Indian Wells, Miami, Belgrado y Madrid. Además, el serbio se ha impuesto por cuarta vez consecutiva a Nadal, con quien tiene un balance de dieciséis derrotas por diez victorias.
Tanto el manacorense como el balcánico sabían que los errores que cometiesen los pagarían muy caros y por eso empezaron el partido jugando muy sólidos. El serbio tenía más problemas para hacerse con sus servicios, pero los acababa ganando, mientras que el español parecía que se encontraba más cómodo sobre la tierra. A Djokovic se le notaba el cansancio acumulado tras el largo partido que tuvo que afrontar en semifinales e intentaba que los puntos fueran rápidos. Nole aprovechaba el gran momento del que disfrutuba y utilizaba constantemente su drive para cerrar los puntos, pero Nadal aguantaba sin muchos problemas sus envites.
En el octavo juego del partido llegaba el momento clave para Nadal: Djokovic aprovechaba la primera bola de break de la que disponía para colocarse 5-3. El de Manacor consiguió devolverle la rotura al serbio en el juego siguiente, pero volvía a ceder su saque y Djokovic se adjudicaba la primera manga con un 6-4.
En el segundo set, Nadal comenzaba con dudas y Djokovic con muchas ganas de encarrilar el partido. En el primer juego al servicio, el español disponía de un 40-0 a su favor, pero acababa cediendo un break, permitiendo que Nole se colocara 2-0. Era el peor momento de Nadal, pero tiró de casta y consiguió empatar a tres. El serbio, que sigue intratable tras encadenar su victoria 39 de forma consecutiva -37 en el circuito ATP y dos en la Copa Davis con Serbia-, no se vino abajo y siguió presionando los servicios de Nadal, aunque el de Manacor tampoco dejaba que Djokovic ganara cómodamente sus saques.
El partido pasaba ya de las dos horas de duración y se notaba en el ritmo de los dos jugadores, que veían cómo los juegos se alargaban casi siempre hasta el 40 iguales. La segunda manga caería para el que golpeara primero y fue el serbio el que lo hizo. Djokovic parecía más sólido al servicio, no había cedido ninguna bola de break más desde que había perdido su saque y en el décimo juego de la manga dio el golpe definitivo. Con el 5-4 a favor del serbio, Nadal lograba salvar tres bolas de partido, pero en la cuarta cayó el partido a favor de Djokovic, que ha conseguido el vigésimo quinto título de su carrera y sigue al acecho del número uno mundial.