
Desde hace tiempo, los mejores jugadores de baloncesto de las canteras españolas dan el salto a la NBA, algo que no tiene muy contentos a los clubes españoles. Pero, en los últimos tiempos algo conocido como NIL: name, image y likeness tiene el baloncesto español contra la espada y la pared… Esto no es otra cosa que los derechos que, desde el año 2022, permiten que los jugadores de la NCAA puedan ganar dinero, mucho dinero.
Esto supone que el baloncesto europeo esté en continuo cambio e, incluso, haya clubes que consideren que la fuga de talento ya es imparable. Por ello se piensa en medidas radicales. Por ejemplo, según cuenta MARCA, el Real Madrid y el Barcelona han llegado a mantener alguna conversación para valorar la opción de eliminar sus canteras. Es una decisión impopular y que, por el momento, no se va a llevar a cabo pero habla de la gravedad de la situación. Recordemos que estos clubes son los que más estrellas han perdido en favor de la NBA.
La NCAA se hace actualmente con muchos de los jóvenes españoles que apenas han disputado unos minutos en la Liga Endesa y la Euroliga o éxitos en categorías de formación. Por ejemplo, Kasparas Jakucionis, el año pasado, y Dame Sarr han sido los últimos canteranos en abandonar el Barça. Ismaila Diagné, Jan Vide y Egor Demin se fueron del Madrid recientemente. Sidi Gueye es el siguiente que dará el paso y, por su parte Hugo González tuvo ofertas para irse el año pasado y se quedó.
Imposible competir con la NCAA: medidas para retener jugadores
Con estas ofertas para los jóvenes talentos del baloncesto español, los clubes ven imposible retenerlos... Por ello, algunos como el Real Madrid y el Barça empiezan a plantearse si no sería mejor olvidarse de las canteras y dedicar ese dinero al primer equipo. Abandonar la idea de fabricar un talento que apenas se disfruta y que sólo deja beneficios en forma de cláusulas de rescisión. Es algo que planea sobre los despachos de muchos clubes españoles aunque, como hemos dicho, por el momento no parece algo factible.
Por su parte, Andreas Zagklis, secretario general de FIBA, se refería al asunto durante el congreso celebrado recientemente en Bahréin: "Nuestros clubes, nuestras Ligas y nuestras Federaciones invierten en alguien que empezó a jugar a los 9, 10, 11 años y ahora termina con un cheque de siete cifras en sus manos a los 18".
Por ello, con la intención de abordar el problema, la FIBA ha introducido el requisito de una Carta de Autorización para los jugadores jóvenes que se transfieran a la NCAA. Esta exigencia garantiza el consentimiento tanto del club como de la federación del jugador, además de garantías sobre sus condiciones de juego y su disponibilidad para la selección nacional.
Y no solo eso sino que, en España, la colaboración entre el Consejo Superior de Deportes y las universidades se centra en la creación de una liga de reservas de clubes de la ACB para ofrecer a los jóvenes jugadores más minutos de juego y oportunidades de desarrollo. ¿Bastarán estás medidas para retener a los proyectos ante la lluvia de millones que cae en la NCAA?

