Toda la afición tenía la vista clavada en Karim Benzema mientras sonaba el himno, y él, como ya avisó, no movió ni una sola vez los labios para cantar La Marsellesa. El jugador del Real Madrid decidió permanecer en silencio, al igual que Ribéry, mientras sonaban los acordes.
Cinco días antes, frente a Georgia en el Stade de France, se comportó de igual manera. En el país vecino no tardaron en criticar esa actitud que consideran poco patriota. Algunos sectores han planteado incluso que no vuelva a ser llamado por la selección francesa.
Pero Benzema tiene más frentes abiertos que han evidenciado el divorcio con la afición. Su poco acierto goleador ha contribuido en gran manera a levantar las iras. El madridista tiene la pólvora mojada con su selección y anoche tampoco vio portería. Ya son doce las convocatorias con Francia en las que deja su marcador personal a cero, o lo que es lo mismo, mil minutos sin anotar con la camiseta bleu. El último gol de Benzema con su combinado data de junio de 2012, cuando logró un doblete frente a Estonia.
Frente a España, no sólo no anotó. Tampoco creó ocasiones. El delantero realizó un único disparo al comienzo del encuentro que mandó alto por encima de la portería de Valdés. El madridista no fue capaz de atravesar la férrea defensa española y fue sustituido en el minuto 82. En ese momento, la grada se puso en pie para dedicarle una sonada pitada.
"Son cosas del fútbol, lo acepto. No sé por qué me silban, pero no me afecta, la vida es así", aseguró el jugador tras el partido. Su entrenador también lo defendió. "No es bueno el debate que hay con Benzema, no nos ayuda nada. Karim está en un colectivo, ha hecho cosas buenas, no ha encontrado el gol, pero en el juego le hemos encontrado en otra dimensión. Ha hecho cosas interesantes", declaró Didier Deschamps.