La Copa del Rey siempre es distinta a la Liga. Cuando crees que todo está hecho, tienes un disgusto. Que se lo digan a varios equipos de primera que, creyendo que la eliminatoria estaba ganada, se dejaron llevar en un nefasto partido de vuelta. No sólo eso. Muchos equipos vieron cómo en la segunda parte de un partido de vuelta de una eliminatoria que tenían agarrada, se les iba de las manos la ilusión.
El Getafe le remontó al Barça un 5-2
Muchos ejemplos podían glosar este artículo. El que primero se viene a la cabeza tiene como protagonista al Barcelona. El equipo culé fue víctima de uno de los mayores milagros de la historia de la competición. Porque como milagro se puede catalogar lo que un 10 de mayo de 2007 se vivió en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe. Los hombres de Frank Rijkaard habían ganado 5-2 en el partido de ida. Pero en un encuentro de vuelta absolutamente memorable el conjunto madrileño, furibundo en su ataque, endosó un histórico 4-0 a los azulgrana. El Getafe visitaba su primera final, que perdería ante el Sevilla, como la del año siguiente ante el Valencia.
El 14 de enero de 2010, el Atlético de Madrid de Quique Sánchez Flores tenía que obrar el milagro ante un segunda división. Es verdad que la diferencia de nivel entre los rojiblancos y el Recreativo de Huelva era abismal, pero el 3-0 contundente con el que el equipo onubense había castigado a los colchoneros en el partido de ida, hacía casi impensable la remontada. Pero los rojiblancos igualaron la partida en el primer tiempo. Un gol del Recre casi al final les hizo dudar pero una falta lanzada magistralmente por Simao, a siete minutos del final, selló el pase a los cuartos de final por 5-1. Aquel año el equipo de Quique fue finalista, perdiendo ante el Sevilla el partido decisivo.
Del 0-3 al 5-4 en 45 minutos
Una de las hazañas más increíbles que se ha visto en esta competición se vivió en un Barcelona-Atlético de Madrid, el 12 de marzo de 1997. Con empate a dos en la ida del Calderón la búsqueda de un finalista se trasladaba al Camp Nou. En el descanso tres goles de Pantic habían puesto un 0-3 rotundo para los visitantes. Eliminatoria sentenciada, dirían muchos. Nada más lejos de la realidad pensaron otros, entre ellos algunos de los presentes en el recinto azulgrana. Dos goles locales volvían a establecer la esperanza pero Pantic hizo un cuarto. Quedaban 25 minutos para el final. Lo que ocurrió a partir de ahí es historia del fútbol español, goles de Figo, Ronaldo y Pizzi para un 5-4 inolvidable. El Barcelona ganó aquella Copa ante el Betis en el Bernabeu.
Es evidente que algunas noches han pasado a la historia cuando no se ha conseguido el objetivo. Histórica es la noche del 14 de febrero de 2006 cuando el Real Madrid en el Bernabéu se planteaba el más imposible todavía dado que, una semana antes, en La Romareda, una nefasta noche de invierno había traído consigo una derrota 6-1 muy dolorosa ante el Zaragoza. A los 30 minutos ya tenía un 3-0 en su casillero y al comienzo de la segunda parte el cuarto gol llegaba al casillero blanco. No hubo más pero la sensación no fue de que pasó el Zaragoza, subcampeón luego ante el Espanyol. Lo que quedó fue la sensacióna de la no remontada blanca. Así es el fútbol.
El Villarreal afronta este miércoles esa remontada y lo tendrá difícil como en las ocasiones mencionadas. Siempre el favorito es el que sufre la remontada, tiene la sartén por el mango, pero hay veces que el fútbol se vuelve loco. El Madrigal luchará para que eso suceda esta vez.