Es un ídolo en el Philips Stadium, conocido allá por donde va en Eindhoven, la ciudad que le vio nacer. Phillip Cocu vive su primera gran experiencia como técnico en el club de su localidad, el PSV, rival este miércoles del Atlético en los octavos de la Champions. Quiere todo, muy competitivo como entrenador, igual que lo era como jugador, quiere emular al Bayer Leverkusen del año pasado, con mayor éxito. Los alemanes hicieron sufrir a los rojiblancos en la misma ronda el año pasado pero cayeron en los penaltis en el Calderón.
Para ese reto se ha preparado Cocu, ex jugador del equipo en dos etapas (1993-1996, 2004-2006) y del Barça, sus mejores años como profesional (1996-2004). Dos ligas, dos Copas, una Recopa con el club azulgana a las órdenes de Robson, Van Gaal, Serra Ferrer, Rexach y Rijkaard. Cogió de sus paisanos holandeses el gusto por entrenar y terminó de convencerse cuando coincidió con Van Basten en la selección. Él como jugador, la leyenda como entrenador. Tras el mundial de 2006 se retiró del futbol y pasó a los banquillos.
Su trayectoria como entrenador no le ha permitido bajar de la élite, al menos en su pais. Ningún trabajo menor. Ayudante de Bert Van Marwijk, estaba en el banquillo opuesto al nuestro aquel 11 de julio de 2010 cuando un gol de Iniesta nos hizo campeones del Mundo. En 2012 acompañó al veterano técnico también en la aventura de la Eurocopa de Polonia, nefasta para los oranje, eliminados en la primera fase. Fue en octubre de ese año cuando el club de sus amores le llama. Era su oportunidad para brillar.
Desde entonces una Liga y una Copa. Este año nadie apostaba por este PSV en la fase de grupos, encuadrado en el mismo que el Wolfsburgo y, sobre todo, del Manchester United. Pero los de Cocu se deshicieron del temible equipo de su compatriota y maestro Van Gaal. Un club con tintes hispanos, los dos mexicanos Guardado y Héctor Moreno, ex jugadores de la Liga BBVA, (Deportivo y Espanyol). Además, un delantero patrio, Luuk De Jong, 23 goles en 32 partidos, la gran pesadilla antes de la gran noticia para el Atlético. La tercera amarilla en el último partido de la fase de grupos le hace ser baja para este encuentro.
Este miércoles antes del himno Champions la tradicional ovación para Cocu, que siempre precede a los partidos del Eindhoven. Luego el encuentro pondrá a cada uno en su sitio, pero Cocu seguirá siendo héroe pase lo que pase. Imagínense si lo que sucede es que el PSV se clasifica. Entonces merecerá un monumento a la entrada del Philips Stadium.