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España vence pero no convence a una rocosa Irán (0-1)

La fortuna se alía con los de Fernando Hierro: Costa marcó con la rodilla de rebote y el VAR anuló el tanto de los persas que hubiera supuesto el 1-1.

La fortuna se alía con los de Fernando Hierro: Costa marcó con la rodilla de rebote y el VAR anuló el tanto de los persas que hubiera supuesto el 1-1.
Isco y Diego Costa, claves en el triunfo de España | EFE

España es líder de grupo en el Mundial. Sufriendo una barbaridad, pero es líder. Eso sí, tener que pasar las de Caín ante la Irán de Carlos Queiroz... ¡también manda narices! Y es que el equipo de Fernando Hierro, pese a su manifiesta superioridad en la posesión del balón (70 por ciento), se estrelló casi siempre ante un equipo que se atrincheró en su área y que, la verdad sea dicha, también tuvo sus ocasiones ante la portería de David de Gea.

En muy poco se pareció esta España a la que jugó el pasado viernes contra Portugal. Si en el debut dejó muy buenas sensaciones, en un partido marcado por los errores de De Gea y el hat-trick de Cristiano Ronaldo, esta vez le faltó la frescura del primer duelo. Gris y espesa, carente de soluciones. Iniesta demostró que ha perdido velocidad, los laterales no estuvieron finos, Busquets estuvo descolocado... suma y sigue. Tuvo que ser Diego Costa, de rebote y con la rodilla, quien arreglara el desaguisado con su gol al comienzo de la segunda parte. Él y el línea, en una decisión que corroboró el VAR. El árbitro uruguayo Andrés Cunha recurrió al vídeo para anular el gol de Ezatolahi, después de que el asistente levantara el banderín. Había fuera de juego —acertó el línea—, aunque por momentos España se temió lo peor ante un rival que venía de lograr una sorprendente victoria en su estreno, con un gol en propia meta y en el minuto 95, frente a una Marruecos que había sido netamente superior.

Y es que la selección de Fernando Hierro jugó uno de los peores partidos que se le recuerdan en mucho tiempo. Incomprensible que fuera, además, ante Irán, un equipo que ocupa el puesto 37 del ránking FIFA y que, sobre todo, es muy limitado técnicamente. El entrenador malagueño presentó dos novedades con respecto al debut, poniendo en liza a un Carvajal ya recuperado para la causa, por Nacho, y a Lucas Vázquez, éste por Koke. En Irán, Queiroz sabía cómo jugarle a España: montar el autobús y, de paso, perder todo el tiempo posible. Incomprensible la permisividad que tuvieron los persas por parte del colegiado debido a sus numerosas pérdidas de tiempo. Y es que Cunha debió de pensar que era mejor guardarse las amarillas para otra ocasión, especialmente en la primera mitad, para asombro de todos.

España estaba espesa, muy espesa. Demasiado. Mucha calidad arriba, pero sin velocidad ni fluidez. Y Queiroz montó no sólo el autobús, sino una flota de autocares entera. No había resquicios de que los europeos pudieran derribar la muralla iraní. Sin velocidad y sin ideas. El ataque español daba signos de flaqueza y tan sólo un remate de Silva, a la media vuelta y dentro del área pequeña, creó algo de peligro. Si es que se le puede llamar así.

Pedía cambios a gritos el equipo español. Era hora de quitar a Iniesta, que estuvo lejísimos de su nivel habitual, pero Hierro no tocó el once a la vuelta de vestuarios, si bien es verdad que la Selección ofreció nuevos bríos tras el descanso. En apenas cinco minutos generó más sensación de peligro que en los 45 anteriores, como en una ocasión en la que el portero Beiranvand se mostró providencial con una doble parada, primero ante un disparo lejano de Busquets y luego ante la llegada de Lucas Vázquez a su palo. El gol se hizo esperar, pero acabaría llegando: fue a los 53 minutos, cuando Diego Costa, que lo pelea absolutamente todo arriba, se llevó un balón de rebote con la rodilla dentro del área para terminar marcando el primero de la noche. Tres dianas lleva ya el delantero de Lagarto, segundo máximo goleador del Mundial tras Cristiano Ronaldo (4) y empatado con el ruso Cheryshev.

Parecía que con el 1-0 se iba a abrir el melón. Pero nada más lejos de la realidad. Y es que Irán, que no tuvo que desgastarse en la primera parte al encerrarse descaradamente atrás, creaba peligro a la contra y a balón parado. Seguía fresca y, sobre todo, sin conceder un solo resquicio en defensa. Después de una clara ocasión de cabeza de Mehdi, el cuadro persa veía cómo el árbitro y luego VAR les anulaban un tanto a Ezatolahi por fuera de juego. La posición era antirreglamentaria, pero por suspense que no fuera: España sufría como nunca ante la débil Irán.

Hierro metió entonces los cambios —tarde, pero los hizo—, para dar entrada a Koke, Marco Asensio y Rodrigo. Aspas, por su parte, esperando en el banquillo una oportunidad que nunca llegó. Unos cambios de cromos que no ofrecieron las soluciones deseadas. Tocaba seguir sufriendo. Para más inri, Mehdi tuvo en su cabeza una clarísima ocasión a ocho minutos del final del tiempo reglamentario, aunque acabaría mandando la pelota por encima del marco defendido por De Gea. España, con Diego Costa y VAR mediante, acabó pidiendo la hora ante Irán. Algo inimaginable hace apenas unas horas, pero que terminó ocurriendo en Kazán. Esperemos que la película cambie el próximo lunes ante una selección de Marruecos que ya está matemáticamente eliminada del Mundial. Avisada queda España, un equipo que es capaz de lo mejor con su fútbol de toque pero también de lo peor...


Ficha técnica

Irán, 0: Beiranvand; Rezaeian, Hosseini, Pouraliganji, Haji Safi (Mohammadi, m.69); Ebrahimi, Taremi, Ezatolahi, Amiri (Ghoddos, m.86), Ansarifard (Jahabakhsh, m.75); y Azmoun
España, 1: De Gea; Carvajal, Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Busquets, Iniesta (Koke, m.70), Lucas Vázquez (Marco Asensio, m.79); Isco, Silva y Diego Costa (Rodrigo, m.89).

Gol: 0-1, m.54: Diego Costa
Árbitro: Andrés Cunha (Uruguay). Mostró tarjeta amarilla a los iraníes Amiri (m.78) y Omid Ebrahimi (m.90)
Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada del grupo B del Mundial de Rusia 2018, disputado en el Kazán Arena ante 42.718 espectadores

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