Roman Abramóvich, aunque públicamente lo niegue, lleva tiempo sopesando vender sus acciones del Chelsea. El ruso lleva 15 años al pie del cañón y empieza a estar cansado. Su gran sueño de construir uno de los mejores estadios del mundo, el nuevo Stamford Bridge, se vio frenada el pasado mes de marzo. El Chelsea, que tenía en mente remodelar el estadio para dotarlo de una capacidad de unos 60.000 espectadores, sacó un comunicado en el que afirmaba que el proyecto quedaba "suspendido temporalmente". ¿La razón? Oficialmente fue por "el actual clima de inversión desfavorable". El frenazo a ese proyecto que ilusionaba a un Abramóvich que tiene en mente otros pasatiempos distintos al fútbol, fue el comienzo del fin de Roman como máximo propietario blue.
Según Mirror, en estos momentos el mejor colocado para hacerse con las riendas del conjunto Blue es Paul Allen.El magnate estadounidense, cofundador de Microsoft junto a Bill Gates, es el propietario de los Portland Trail Blazers de la NBA y los Seattle Seahawks de la NFL. Además, posee una parte minoritaria de la franquicia de la MLS, los Seattle Sounders. Todo hace indicar que ya se han producido los primeros contactos entre el propio Allen y Zahavi, uno de los hombres de máxima confianza del actual propietario del Chelsea.
Hay que recordar que el pasado verano, Abramóvich rechazó una oferta cercana a los 2.500 millones de euros por el total de las acciones que posee. El precio actual en el que el ruso daría el "sí, quiero" son unos 3.000 millones de libras. A pesar de que Allen lleva la delantera para tomar el control del conjunto londinense, deberá luchar de lo lindo con otros multimillonarios. Entre ellos Sir Jim Ratcliffe, el hombre más rico de Gran Bretaña, que ha expresado su deseo de tomar el control del conjunto de Stamford Bridge.
La batalla de los billones está servida.