
Como todos nuestros lectores sabrán, tanto en 1942 como en 1946 no se celebró el Mundial de fútbol. La Segunda Guerra Mundial lo detuvo todo.
Sin embargo, la edición de 1942 sí estuvo a punto de disputarse. De hecho, muchos historiadores resaltan que se celebró una especie de campeonato del mundo oficioso. El lugar, el peor imaginable: la Alemania Nazi.
La candidatura de Hitler
Después de comprobar la enorme capacidad propagandística que le había brindado la celebración de los Juegos Olímpicos en Berlín en 1936, el régimen nazi no dudó a la hora de solicitar que la siguiente Copa del Mundo de fútbol -la del 38 ya estaba adjudicada a Francia- se disputara en Alemania.
De hecho, sólo tres días después de concluir aquellos Juegos, el 13 de agosto de 1936, Alemania formalizó su candidatura en el congreso de la FIFA que se produjo precisamente en Berlín.
En 1938, poco antes de que arrancara el Mundial de Francia, se produjo una nueva reunión de la FIFA, en la que se anunció que la organización del Mundial se daría a conocer dos años más tarde en un nuevo Congreso en Luxemburgo, y que tanto Argentina como Brasil se habían unido a la pelea, deseosas de que el campeonato regresara a Sudamérica.
Durante 1939 una comitiva de la FIFA, encabezada por Jules Rimet, visitó los tres países, Alemania, Brasil y Argentina, para conocer de primera mano sus candidaturas, sus instalaciones, y sus condiciones. Y se desprende entonces que Alemania era la gran favorita, a ojos de todos.
No olvidemos que ya estamos en 1939, la anexión de Austria o la invasión de Checoslovaquia son un hecho, y aun así todos los números apuntaban a Alemania como futura sede. Tampoco sorprende, habida cuenta de que la FIFA ya había elegido una candidatura polémica, con la celebración de Italia en 1934, y que posteriormente lo ha vuelto a hacer, como en Argentina 1974 o las recientes de Rusia 2018 y Qatar 2022.
Con todo, la invasión nazi de Polonia el 1 de septiembre de 1939 y el consiguiente inicio de la Segunda Guerra Mundial, terminó por descartar Alemania como sede de la Copa del Mundo. No sólo eso, unas semanas más tarde la FIFA anunciaba que no habría Mundial de fútbol en 1942. Brasil y Argentina lo aceptaron, aplazando sus candidaturas a más adelante (De hecho, Brasil sería la primera sede al reanudarse los mundiales, en 1950).
La final del mundo oficiosa
Alemania, no obstante, no se iba a dar por vencida tan fácilmente. Se afirma que estuvo tratando de organizar una Copa del Mundo por su cuenta, y que incluso permitiría participar como nación propia a los países europeos que había ocupado, como Checoslovaquia, Dinamarca, Noruega, Holanda...
Hubiera sido curioso ver cómo se hubiera disputado aquel campeonato ante el transcurrir de los hechos durante aquellos años, pero evidentemente la competición no se disputó.
Pero los anhelos de Alemania no se detuvieron ahí, y organizó un partido amistoso que anunciaría como la final del campeonato del mundo. El rival elegido fue Suecia, por aquel entonces considerada una potencia futbolística mundial, y que contaba con futbolistas de la talla de Gunnar Gren y Gunnar Nordahl (integrantes, junto a Nils Liedholm, del histórico GreNoLi del Milán, y que seguirían formando parte del equipo sueco que se proclamó subcampeón del mundo en 1958).
El encuentro tuvo lugar el 20 de septiembre de 1942 en el estadio Olímpico de Berlín, ante cerca de 100.000 espectadores, convencidos de acudir a la final del Mundial. Y lo cierto es que el partido fue vibrante. Se adelantó Suecia mediante Arne Nyberg. Alemania le daría la vuelta aun antes del descanso, con goles de Ernst Lehner y August Klingler. Pero tras la reanudación Henry Carlsson primero y Malte Martensson después le darían la vuelta al marcador.
Una victoria sueca que supuso toda una humillación para una Alemania que había vendido aquel encuentro en casa como el verdadero campeonato del mundo. Tras la derrota se detuvieron los partidos de la selección alemana (supuestamente, según afirma el periodista Paul Brown, para que la moral de los ciudadanos alemanes no se mermara aún más en tiempos de guerra), y no fueron pocos los futbolistas integrantes de aquel equipo que poco después serían enviados a la guerra.
Como en el caso de Fritz Walter, quizá el más conocido de todos ellos, y quien, ya lo saben, 12 años más tarde se proclamaría campeón del mundo tras llevarse Alemania el Mundial de Suiza de 1954.
Esta vez sí de manera oficial, y no como aquel encuentro de 1942 que, con todo, ha pasado a la historia como el mundial nazi que estuvo a punto de ser, pero que nunca fue.
La controversia del alocado mundial de la Patagonia
Existe una gran confusión sobre la disputa o no de una especie de copa del mundo oficiosa en el mismo 1942, en la Patagonia. Hasta nueve nacionalidades (Argentina, Alemania, España, Francia, Inglaterra, Italia, Paraguay y Polonia, además de una selección de indígenas mapuches de la Patagonia) habrían disputado esa competición, al amparo del Conde Vladimir Otz, el mecenas del supuesto torneo. Serían los mapuches quienes se llevarían el título, bajo el nombre de Real Patagonia.Pero la existencia de muchos mitos y leyendas respecto a aquella competición, así como la ausencia de cualquier documentación al respecto (supuestamente se perdió todo, trofeos incluidos, tras una fuerte lluvia nada más terminar la final) hace pensar que, como sostienen muchas versiones, aquel campeonato nunca existió.

