
El Mundial de Qatar no ha terminado con las ambiciones futbolísticas de los países árabes. El emir qatarí, el jeque Tamim bin Hamad Al-Thani, quiere comprar el Manchester United, que está en venta. Su llegada a Old Trafford puede revolucionar el fútbol inglés y, en especial, la ciudad: el derbi entre City y United pasaría a ser también un derbi del golfo pérsico: Abu Dabi – Qatar.
A pesar de que muchos especularon con la posibilidad de que Qatar cerrase el círculo de su aventura en el mundo del fútbol con el Mundial, la historia no tiene pinta de terminar, todo lo contrario. El emir quiere sumar otro club europeo a su colección, tras su compra del PSG en el año 2011. En Qatar están estudiando las posibilidades que tienen para comprar el club con algún fondo soberano: la UEFA prohíbe que un mismo propietario tenga dos equipos en competiciones europeas. Sin embargo, hay formas de sortear esta norma: Red Bull ya lo ha hecho con el Leipzig y el Salzburgo.
El United lleva en venta desde el pasado mes de noviembre: la crisis institucional y deportiva obligó a la familia Glazer a poner en venta el club tras 17 años de propiedad. Las aguas se han calmado: los Red Devils son terceros, muy cerca del City, pero la decisión de los propietarios estadounidenses parece inamovible, e incluso ya le han puesto precio al equipo más laureado de Inglaterra: seis mil millones de libras.
En The Guardian y en The Sun apuntan a que la primera oferta de Qatar se acerca a los cuatro mil quinientos millones. Una cifra astronómica que nada tiene que ver con la cantidad pagada en 2011 por el PSG, que no llegó a los 50 millones de euros. La marca PSG vale ahora 3.200 millones de dólares, según la revista Forbes. Una inversión muy rentable y que invita a Qatar a seguir invirtiendo en el mundo del fútbol.
El fútbol inglés, cada vez menos inglés
La noticia ha caído como una bomba en Inglaterra, y es que la tendencia es clara: ya solo quedan tres propietarios ingleses entre los veinte clubes de la Premier League. Hace 18 meses, el Newcastle United fue el último equipo que adquirió un país del golfo: Arabia Saudí se hizo con los magpies y, de momento, aunque la inversión no ha sido grande, ya hay resultados: son cuartos y van a pelear por jugar la Champions el año que viene.
Lo que tiene claro Qatar es que no se quiere quedar sin su trozo de pastel en la liga más potente del mundo: la rivalidad del país que ha organizado el último Mundial con Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos invita a trasladarla a los terrenos de juego a nivel de clubes. La sensación de que alguno de sus países vecinos le coma terreno en lo futbolístico no gusta en un país que quiere expandir su imperio en el mundo del fútbol.

