El carácter de Diego Simeone tiene una parte positiva y otra negativa. El argentino ha convertido al Atlético de Madrid en uno de los equipos más competitivos del mundo y su papel dentro del vestuario y en el terreno de juego es vital para sus hombres. Esa es la cara buena de la moneda, pero la cruz es el alto número de partidos que el conjunto colchonero ha mirado en dirección al banquillo y no ha visto a su líder.
En los últimos dos años, Simeone acumula diez partidos de sanción aunque sólo serán efectivos seis de ellos. El desglose de todas las sanciones es el siguiente: un partido en la Champions, cuatro partidos en la Supercopa de España y cinco en Liga. Su expulsión en la final de Lisboa, por entrar en el campo en su encontronazo con Varane; sus collejas al cuarto árbitro en la Supercopa y la última expulsión en Riazor ante el Dépor fueron las causantes de las sanciones.
Su expulsión en la Supercopa le costó ocho partidos de los diez de sanción y no cumplirá cuatro de ellos hasta que el Atlético vuelva a dicha competición. Otro dato curioso es que la culpa de nueve de dichos encuentros de castigo la tiene el mismo árbitro, Fernández Borbalán. El propio Cholo bromeó con este dato en Riazor: "Cuando pite él tendré que comportarme mejor".
El Atlético se medirá al Elche este fin de semana y lo hará con el Mono Burgos en el banquillo. El balance del equipo sin el Cholo en el banquillo es de tres victorias, dos empates y una derrota.