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Revolución en la defensa del Madrid: Alaba no seguirá y Rüdiger presenta muchas dudas

El club se enfrenta a un verano clave en la planificación de su defensa: 2026 no traerá fuegos artificiales, pero puede marcar el final de una etapa.

El club se enfrenta a un verano clave en la planificación de su defensa: 2026 no traerá fuegos artificiales, pero puede marcar el final de una etapa.
David Alaba (i) y Antonio Rüdiger, en un partido del Real Madrid en mayo de 2023. | Cordon Press

El Real Madrid ya trabaja con el calendario y la calculadora en la mano de cara a la próxima temporada. El verano de 2026 —un año clave por la disputa del Mundial de Estados Unidos, México y Canadá— aparece marcado en rojo en los despachos de Valdebebas como un momento determinante para redefinir la estructura defensiva del equipo. No habrá anuncios rimbombantes ni despedidas anticipadas, pero el mensaje interno es claro: salvo sorpresa, todo apunta a que David Alaba no seguirá vestido de blanco, mientras que el futuro de Antonio Rüdiger genera más dudas de las esperadas.

No es una cuestión de nombres, sino de ciclo. Y el Real Madrid, fiel a su manual de estilo no escrito, rara vez llega tarde a ese tipo de decisiones.

Alaba, sin oferta de renovación

El caso de Alaba es el más claro. El defensa austriaco aterrizó en Chamartín en verano de 2021, tras la disputa de la Eurocopa —el torneo tenía que haberse jugado un año antes pero fue aplazado por la pandemia del coronavirus—, y lo hizo con la carta de libertad tras once temporadas en el Bayern de Múnich. Alaba, que hoy tiene 33 años, firmó entonces con la entidad merengue hasta el 30 de junio de 2026.

Aquel verano de 2021, el Madrid ofreció entonces al austriaco uno de los salarios más altos de la plantilla (12 millones de euros netos), acorde a su estatus. Pero el escenario ha cambiado cuatro años y medio después.

Según informan la ESPN, Marca y el portal OneFootball, la entidad blanca no tiene intención de ofrecerle la renovación. La decisión está tomada y responde a varios factores acumulativos: edad, historial físico reciente y planificación deportiva.

Y es que Alaba llega a este nuevo año 2026 con un desgaste considerable. La grave lesión de rodilla sufrida en diciembre de 2023 supuso un punto de inflexión. Su recuperación fue larga y compleja y, aunque ha vuelto a competir, el club asume que ya no es el central dominante y fiable que marcó diferencias en su primera etapa en el Bernabéu tras haber hecho historia en el Bayern. Pero eso en la Casa Blanca le enseñan rápidamente la puerta de salida.

Dudas en torno a Rüdiger

Quien también termina contrato en junio de 2026 es Antonio Rüdiger, aunque la situación del central alemán, que llegó al Madrid en 2022 procedente del Chelsea —igualmente con la carta de libertad—, es muy distinta a la de Alaba y no está ni mucho menos resuelta.

Rüdiger cobra unos 7 millones de euros netos por temporada y su rendimiento ha sido bastante notable en estas tres temporadas y media con la camiseta blanca: sólido y fundamental, el germano ha destacado por su fortaleza defensiva, su liderazgo y su capacidad aérea, siendo un pilar en la zaga junto a futbolistas como el propio Alaba, primero; Éder Militao, Raúl Asencio y Dean Huijsen, después.

El Real Madrid sí contempla ofrecer a Rüdiger la renovación, pero con matices. El club quiere evaluar su rendimiento a medio plazo y, sobre todo, su respuesta física conforme se acerque a la treintena avanzada. Rüdiger cumplirá 33 años el 3 de marzo de 2026, una edad crítica para un central que basa gran parte de su juego en el choque y la potencia.

Hay otro factor que introduce incertidumbre: el mercado internacional. Rüdiger no ha ocultado que escucha propuestas y en Valdebebas saben que ligas como la de Arabia Saudí pueden poner sobre la mesa contratos económicamente irrechazables, tanto por duración como por salario neto. El Real Madrid no competirá en ese terreno. Si el alemán exige una renovación larga y muy elevada, el club preferirá dejarle salir antes que hipotecar su estructura salarial, por lo que la puerta está entreabierta en ambas direcciones.

Menos veteranos, más proyección

Con la salida de Alaba prácticamente asumida y la continuidad de Rüdiger en el aire, el Real Madrid ya perfila una defensa de nuevo cuño. La apuesta pasa por centrales más jóvenes, con recorrido físico y margen de crecimiento.

La presencia de Militao, la posible consolidación de perfiles emergentes (Huijsen, Raúl Asencio, Joan Martínez...) y la vigilancia constante del mercado europeo forman parte del plan. El club no quiere repetir errores del pasado: renovaciones tardías, contratos pesados y decisiones reactivas.

El Real Madrid se enfrenta a una transición defensiva delicada, pero necesaria. Porque en Valdebebas lo tienen claro desde hace mucho tiempo: mejor marcharse un año antes que un mes tarde. En definitiva, el verano de 2026 no traerá fuegos artificiales, pero sí puede marcar el final de una etapa en la Casa Blanca.

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