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Ejemplo de deportividad y arrepentimiento en la selección española de rugby

Jesús Moreno, pilier del equipo español, fue expulsado y ha pedido perdón por "no ser un ejemplo" con su actuación. 

Jesús Moreno, pilier del equipo español, fue expulsado y ha pedido perdón por "no ser un ejemplo" con su actuación. 
Campo de Rugby de Ciudad Universitaria. | Wikipedia

La selección española de rugby superó este sábado en el Campo Central de la Ciudad Universitaria de Madrid a la de Bélgica por un contundente 30-0 en su último partido del año del Campeonato de Europa, en el que en 2017 ha sido tercera.

El equipo que dirige Santiago Santos, que al descanso ya ganaba por 20-0, se impuso con tres ensayos, obra de Ignacio Villanueva, Fabien Perrin y el jugador de origen fiyiano Ilaitia Henare Kalokalo Gavidi –los dos primeros transformados por Bradley Dean Linklater–; y tres golpes de castigo de Linklater.

En esa victoria fue protagonista para mal Jesús Moreno, pilier del equipo español, que fue expulsado en un momento en el que pudo complicar la vida a su equipo pese al buen resultado que tenían como ventaja.

El propio Jesús, en un acto de arrepentimiento que le honra, ha escrito una carta pidiendo perdón a su compañeros y a todos los aficionados presentes ese día en las gradas:

Ayer, durante un segundo, dejé de ser un jugador de rugby. Durante un segundo, decidí no respetar el deporte que tanto me ha dado. Durante un segundo decidí no ser el ejemplo de cientos de niños que había en el campo. Durante ese segundo, quise agredir a un rival en el suelo, indefenso, como un cobarde. Ese segundo pudo costar muy caro al equipo, pero tenemos un grupo donde si uno la caga, 14 amigos intentan reparar el daño.

Ese segundo pudo costarle caro al adversario, pudiendo haberlo dejado seriamente lesionado, pero este deporte está lleno de gente dura, y poco rencorosa. Ese segundo pudo haberle costado caro a mi club, habiendo recibido una sanción mucho más dura sobre mi persona. Pero, sobre todo, ese segundo pudo haberme costado mucho a mí. Pudo haberme costado toda una vida defendiendo unos valores en este deporte, en los cuales creo todavía firmemente. Pudo haberme costado el haberme traicionado a mí mismo.

Por todo eso, pido disculpas por lo que pasó ayer en el campo de rugby. Y quiero felicitar a mi adversario, que en todo momento supo reaccionar como lo que se supone que somos, jugadores de rugby. Gracias a todos los que me rodean y me han dado ánimos para poder escribir estas disculpas públicas. De todo se aprende, incluso de un segundo. Mucho rugby para todos.

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