El segmento de los SUV de lujo sigue creciendo y sumando nuevos integrantes. Marcas como Audi con el Q7, BMW con el X7 o Mercedes con el GLS llegan a un grupo de coches que tiene, sin duda, un precursor, el Range Rover. Y la marca británica, ahora que la competencia aprieta, no quiere mostrar la más mínima debilidad a sus rivales. Por ello, la renovación del Range Rover apuesta por mantener la exclusividad, el lujo y la distinción, pero también por ofrecer lo más avanzado de su tecnología para conquistar los clientes más exclusivos.
Por eso, el nuevo Range Rover, que está disponible con dos longitudes de carrocería –la versión larga supera los 5,2 metros de longitud– estrena como gran novedad una variante híbrida enchufable, conocida como P400e, que combina un motor de gasolina de 300 caballos con uno eléctrico de 116. La potencia combinada de esta variante alcanza los 404 caballos. Con ello, llega a los 220 km/h de velocidad máxima y acelera de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos en la versión de carrocería corta. Y lo que es más sorprendente, ofrece una autonomía de 51 kilómetros en modo eléctrico y un consumo medio de 2.8 l/100 km.
Pero además de esta versión de corte más ecológico, el nuevo Range cuenta con avanzados motores tanto en gasolina como en diésel. Los diésel se ofrecen en dos versiones, con 258 y 339 caballos de potencia. Y en gasolina, están disponibles cuatro propulsores, con los 340 CV del 3.0 V6 como escalón de entrada y los 565 caballos del 5.0 V8 como tope de gama. Una versión que es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 5,4 segundos o de llegar a los 225 km/h; eso sí, con un consumo medio de 12,8 l/100 km. El nuevo Range Rover ya está disponible, con precios que oscilan entre 109.800 y 239.500 euros.
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