El BMW X5 es el modelo con el que la marca alemana pasó de fabricar berlinas, familiares o deportivos al segmento de los SUV. Un modelo que alcanza ahora su cuarta generación con renovado diseño, nuevos motores y más tecnología. De esta manera, se mantendrá como el más grande de la gama de la marca hasta que en unos meses llegue el BMW X7, que ofrecerá hasta siete plazas y todo el lujo inimaginable en su interior.
De momento, ese honor de ser el tope de la familia BMW le toca al X5. Y para ello la marca alemana se ha volcado en el apartado de la personalización y el equipamiento. La gama del X5 está disponible con tres alternativas mecánicas: en diésel el 30d con 265 caballos y el M50d con 400; y en gasolina el 40i con 340 caballos es por ahora el único representante. Para personalizar cada modelo dispone de 8 colores de carrocería, 18 diseños de llantas, nueve tapizados, siete molduras decorativas. Y se le pueden añadir el paquete M, el acabado xLine, etc.
Con ello, podemos crear un BMW X5 de lo más exclusivo. Y los precios reflejan esa exclusividad. Porque el X5 40i cuesta 72.800 euros (aunque puede llegar a los 120.000 si le añadimos todas las opciones disponibles), el 30d vale 76.000 euros y el M50d cuesta 112.270 euros. Unos precios que se sitúan por encima de los que ofrecen sus rivales, porque un Audi Q7 3.0 TDI con 272 CV parte de 68.760 euros; elMercedes GLE 35d con 258 parte de 70.800 euros y el Range Rover Velar D275 cuesta a partir de 68.900 euros.
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