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Thon Maker, el refugiado sudanés de los Bucks que la NBA quiere proteger de Donald Trump

Tiene 19 años, juega en los Bucks pero su condición de refugiado podría complicar su continuidad en el equipo de Milwaukee.

Tiene 19 años, juega en los Bucks pero su condición de refugiado podría complicar su continuidad en el equipo de Milwaukee.
Thon Maker, elección de los Bucks número 10 del pasado draft | NBA.com

Las políticas de Donald Trump están empezando a generar sus consecuencias y reacciones también en el mundo del deporte, donde ya se han escuchado varias voces críticas al polémico decreto migratorio del presidente estadounidense. Desde la NBA y el Comité Olímpico de Estados Unidos mostraron sus reparos y señalaron que están intentando dilucidar los alcances de la medida dispuesta por Trump.

En particular, están preocupados por la situación del novato de los Milwaukee Bucks Thon Maker y de Luol Deng, un veterano jugador de Los Angeles Lakers, ya que ambos son originarios de Sudán, uno de los siete países afectados por la decisión de Trump. Ambos cuentan con doble ciudadanía, aunque Maker tiene el adicional de ser refugiado y cuenta tan solo con 19 años.

La NBA, en tanto,pidió al Gobierno una aclaración sobre el impacto que podría tener en la Liga estadounidense de baloncesto la medida.

"Nos hemos puesto en contacto con el Departamento de Estado y estamos recabando información para comprender cómo esta orden ejecutiva afecta a los jugadores de nuestra Liga que son de los países afectados" señaló el portavoz de la NBA, Mike Bass. "La NBA es una Liga global y estamos orgullosos de atraer a los mejores jugadores del mundo", añadió en un comunicado emitido el sábado por la noche. La NBA, de hecho, cuenta cada año con un programa de entrenamiento denominado "baloncesto sin fronteras" en el que participan jugadores de todo el mundo.

De la tribu a la NBA

El viaje de Maker a la NBA recuerda los pasos de una leyenda como Manute Bol y nos traslada a Sudán, donde, como el gigante que tapó el sol en la NBA, creció el futuro crack. Y al igual que el pívot tristemente fallecido hace seis años, los orígenes de Thon se encuentran en la misma tribu nilótica: los dinka. Una raza de guerreros con unos 3.000.000 de miembros dividos en 21 grupos cada uno con su líder. Mantienen buena parte de sus costumbres ancestrales, practican la poligamia y carecen de clases sociales. Subsisten, básicamente de la agricultura y, fundamentalmente, de la ganaderia. El ganado vacuno tiene además un contenido religioso y se utiliza en sacrificios rituales. Creen en un solo dios llamado Nhialac.

Los dinka han dejado como herencia una genética y una estatura perfectas para el baloncesto, como demuestran los dos metros que rondan tanto el padre como la madre de Thon.

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De aquella tribu dinka y de su Sudán natal a Maker le queda su legado genético y los recuerdos de una guerra que le obligaron a huir de allí. Ayudado por su tío, autoridad local en su país, el pequeño Thon de cinco años se refugió en Uganda junto a algunos de sus tíos, primos y con su hermano Matur. Una estancia de paso mientras Australia acogía dentro de sus fronteras a los Maker como refugiados.

La familia llegaba a Perth, en la costa occidental de Australia, sin apenas equipaje, pero con un brillante futuro por delante, lejos de bombas, muerte y destrucción.

En ese ambiente, Thon Maker creció y creció hasta llegar a los 208 centímetros con apenas 13 años. Una estatura que ya apuntaba en dirección a la canasta, pero que tuvo que esperar en favor de otros deportes más populares. El joven sudanés se dejó embelesar por los cantos de sirena del fútbol y nada quería saber del baloncesto.

Tuvo que aparecer el ángel de la guarda que toda historia NBA tiene detrás para que Maker cambiara un balón por otro. En este caso, la figura se llama Ed Smith, quien en 2010 recibió el chivatazo sobre un adolescente africano al que sus compañeros llamaban 'Larguirucho' y que mostraba una extraña coordinación para alguien de su estatura.

Tras convencer al joven Thon de que dejara el fútbol, las condiciones de Maker y una ética de trabajo impropia para un chico de su edad, hicieron el resto. Los Maker cumplieron un sueño cuando en el draft de 2016 su hijo era seleccionado por los Bucks con la elección número 10. Un sueño que Trump puede convertir en pesadilla.

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