Había cuentas pendientes en el Estadio da Luz, que presentó un aspecto desolador –sólo 25.000 espectadores en un recinto con capacidad para algo más de 66.000– pese a que llegaban los campeones del mundo. Llegaba una selección española que salió con su once de gala y ante la que los lusos han podido vengarse –y de qué manera– tras la eliminación en octavos de final del Mundial.
La nueva Portugal de Paulo Bento, con Cristiano Ronaldo como estandarte, jugó con mucha intensidad desde el pitido inicial –nada que ver España– y ya a los dos minutos gozó de una gran ocasión en las botas de Nani, aunque se topó con la buena intervención de Casillas. El jugador del Manchester United, uno de los mejores de la noche, fue un auténtico torbellino por la banda derecha y siempre puso en jaque a la adormilada defensa española. Y, cómo no, también tenía que aparecer Cristiano. Para lo bueno y lo malo. Muy pronto tuvo un pique con Busquets, en un emparejamiento que puede repetirse dentro de unos días en el clásico del Camp Nou. El barcelonista vio primero la amarilla y el madridista también fue amonestado sólo unos segundos después al devolverle una patada. Luego volvería a aparecer CR7, pero entonces para bien.
Llegado al ecuador de la primera mitad, Iker tuvo que lucirse nuevamente con una mano salvadora ante Hélder Postiga, que recibió un gran pase al hueco de Nani. Demasiado trabajo para un hombre que en los últimos tiempos disfruta de tardes plácidas bajo palos. Entre medias, España tuvo dos buenas ocasiones: un disparo de Iniesta que salió desviado por poco y, sobre todo, un cabezazo que Silva, solo en boca de gol, echó incomprensiblemente fuera.
La selección portuguesa puso una marcha más antes del descanso y para ello se encomendó a Cristiano: a los 37 minutos, el crack del Real Madrid se la envió a Nani con un precioso globo y éste batió a Casillas de cabeza, aunque el árbitro francés Antony Gautier, en su estreno internacional, anuló el tanto por fuera de juego. CR7 se cogió un monumental cabreo y hasta lanzó con furia su brazalete de capitán. Segundos después, Piqué, que trabajó a destajo, salvó bajo palos un disparo de Martins. España trataba de respirar para llegar al descanso con el 0-0, pero se topó con el primer gol en contra a los 44 minutos, cuando un rechazo de Casillas a tiro de Cristiano, que había recortado a Busquets pegado a la línea de fondo, lo aprovechó Martins para marcar el primer tanto de la templada noche lisboeta. Jarro de agua fría para los campeones del mundo, que veían cómo Portugal les superaba sin contemplación alguna.
Paulo Bento acabó en el descanso con el protagonismo de Ronaldo al sustituirlo por Danny, el jugador del Zenit de San Petersburgo, mientras que Pepe entró en lugar de Ricardo Carvalho y Rui Patricio por Eduardo. Del Bosque, por su parte, hizo tres cambios de una tacada: Marchena, Cesc y Fernando Torres saltaron al rectángulo de juego sustituyendo a Piqué, Xavi y Villa, respectivamente. España trató de reaccionar con una internada del Niño y un disparo desde el centro del campo de Xabi Alonso, intentando sorprender al adelantado Rui Patricio. Pero todo quedó en un espejismo. A los 48 minutos, una cabalgada de Moutinho acabó en un gran taconazo de Hélder Postiga, solo en boca de gol, para batir a Casillas con la colaboración de un Sergio Ramos que pasaba por allí. La cuesta se hacía aún más empinada. Y, para colmo de males, Nani pudo hacer el tercero cuatro minutos después, pero quiso lucirse con una vaselina estaba solo ante Casillas. Al estilo Raúl.
Del Bosque no lo veía nada claro y dio entrada en el campo a Llorente y Cazorla por Iniesta y Xabi Alonso. Pero el técnico salmantino seguía sin encontrar soluciones. De hecho, del posible 2-1, tras una volea de Cesc Fábregas desde la frontal que salió fuera por poco, se pasó al 3-0, marcado por Hélder Postiga tras una serie de errores de la defensa española. La campeona del mundo era un quiero y no puedo ante el impetuoso equipo de Paulo Bento, quien ha dado bríos renovados a la selección portuguesa y la ha devuelto la ilusión tras la marcha del infame Carlos Queiroz. Aún quedaba más, el 4-0. Llegó a los 93 minutos cuando Hugo Almeida, en claro fuera de juego no señalado por el colegiado, batió a Casillas tras un pase interior de Pepe.
En definitiva, abultada derrota en Lisboa que, unida a la encajada dos meses antes en Buenos Aires frente a Argentina (4-1), empaña el año mágico de la selección española, un 2010 en el que –quién se lo iba a decir hace unos meses– se ha proclamado campeona del mundo. Una derrota que escuece, sí, pero mientras sólo se produzca en los amistosos...
Ficha técnica
Portugal, 4: Eduardo (Rui Patricio, m.46); Joao Pereira, Carvalho (Pepe, m.46), Bruno Alves, Bosingwa; Carlos Martins (Manuel Fernandes, m.63), Meireles, Moutinho; Cristiano Ronaldo (Danny, m.46), Nani (Machado, m.88) y Hélder Postiga (Hugo Almeida, m.76)
España, 0: Casillas; Sergio Ramos, Piqué (Marchena, m.46), Puyol (Arbeloa, m.73), Capdevila; Busquets, Xabi Alonso (Llorente, m.58); Xavi (Cesc, m.46), Iniesta (Cazorla, m.58), Villa (Torres, m.46); y Silva
Goles: 1-0, m.44: Martins; 2-0, m.48: Hélder Postiga; 3-0, m.68: Hélder Postiga; 4-0, m.93: Hugo Almeida
Árbitro: Antony Gautier (Francia). Mostró tarjeta amarilla a los españoles Busquets (m.7) y Cesc Fábregas (m.71), así como al portugués Cristiano Ronaldo (m.8)
Incidencias: Partido amistoso internacional disputado en el Estadio da Luz de Lisboa ante unos 25.000 espectadores. Los jugadores saltaron al campo con camisetas de la Candidatura Ibérica para el Mundial de 2018. Iker Casillas y Cristiano Ronaldo, los dos capitanes, leyeron sendos textos de respaldo a la candidatura mundialista