No hubo color en la pista Rod Laver Arena del Melbourne Park, donde Novak Djokovic ha pasado por encima de David Ferrer y lo ha ganado en tres sets para alcanzar la final del Abierto de Australia por cuarta vez en su carrera, la tercera de forma consecutiva. El serbio, que ya triunfó aquí en 2008, 2011 y 2012, luchará el domingo por el título ante el ganador de la segunda semifinal, que este viernes medirá al suizo Roger Federer con el británico Andy Murray.
Djokovic fue un auténtico ciclón y sometió en todo momento al alicantino, que a partir de la próxima semana arrebatará a Rafa Nadal el número cuatro del mundo. Y eso que la igualdad mostrada por ambos contendientes en los dos primeros juegos anunciaba un partido bastante parejo. Pero nada más lejos de la realidad. Pronto empezó el número uno mundial a hacer de las suyas, conectando golpes ganadores y aprovechando los mínimos fallos del español, al que movió de un lado a otro de la pista, para enlazar dos breaks consecutivos y apuntarse el primer set en media hora. En un visto y no visto.
Más de lo mismo en la segunda manga, con el serbio dominando a su rival, que quería pero no podía. Ferru lo intentaba pero asistió impotente al recital de la mejor raqueta del planeta. Al igual que el primer set, el segundo también lo ganó Djokovic por 6-2.
En una magnífica demostración de agresividad y control, el tenista de Belgrado siguió mostrándose intratable en el tercer set. No estaba dispuesto Nole a ceder un solo punto. Es más, en esta tercera manga rompió el servicio en tres ocasiones para un total de siete en el partido. Al final, el balcánico sentenciaba esta primera semifinal, sin historia, en apenas una hora y 29 minutos. Federer y Murray ya están avisados.