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¿De dónde viene el conflicto entre Arantxa Sánchez Vicario y su familia?

Una disputa familiar ha hecho que la extenista y su marido se vieran obligados a abandonar el tanatorio.

Una disputa familiar ha hecho que la extenista y su marido se vieran obligados a abandonar el tanatorio.
Arantxa y su marido | Twitter

Arantxa Sánchez Vicario ha vivido uno de los episodios más desagradables de su vida. La tenista acudía junto a su marido al tanatorio de Les Corts donde se encontraba el cuerpo sin vida de su padre cuando ha sido expulsada de la sala donde estaba toda su familia, según sus propias palabras.

La tenista llegaba acompañada de su marido y a los veinte minutos ha tenido que abandonar el tanatorio. Ante las preguntas sobre el motivo de su apresurada visita explicaba: "Mis hermanos me han vetado. No quiero espectáculos", y añadía a su notable enfado que el tanatorio de su padre no era el momento adecuado para levantar de nuevo las rencillas familiares, ya que ella solo quería despedirse de él, y darle un último adiós después de su muerte el jueves 25 de febrero.

Según testigos presenciales, el esposo de la extenista fue recibido a gritos de "Márchate de aquí, indeseable". Javier, hermano de Arantxa, estuvo a punto de llegar a las manos con él.

Una situación de lo más desagradable que llevó a la madre de la tenista a sufrir un desmayo y tener que ser atendida por una ambulancia, que se trasladó hasta el tanatorio.

Arantxa solo ha podido dar un abrazo a su madre, ya que como ella misma reiteraba: "He sido vetada por mis propios hermanos".

¿De dónde viene el conflicto familiar?

Los problemas de Arantxa se destaparon cuando la extenista publicó un libro. Arantxa, ¡vamos! Memorias de una lucha, una vida y una mujer, en el que la familia Sánchez Vicario no quedaba en buen lugar. Dos declaraciones de Arantxa, dejaban helados a los lectores: no se trataba con nadie de su familia y afrimaba que estaba arruinada. Tras diecisiete años en las pistas, la mejor tenista española de la historia dijo adiós "para conquistar su libertad", ya que sus padres tuvieron potestad sobre ella durante toda su carrera.

"Mi madre decidía sobre mi pelo, mi ropa... Cuando me compraba algo por mi cuenta, rara vez le gustaba. Mi madre, mi sombra fiel en todos los torneos hasta que cumplí veinte años, es una mujer de carácter fuerte y para ella la disciplina y la victoria pasaban por delante de cualquier otra consideración, cuando tal vez lo que yo hubiera precisado eran unas palabras de cariño".

De su padre, Emilio Sánchez, la persona encargada de administrar y gestionar sus ganancias, dejó en el aire una dura acusación:

"¡Mensualmente me otorgaba una cantidad de la que yo le daba cuenta puntual!. Nunca dudé de que mis padres, y más concretamente mi padre, hiciera lo que consideraba mejor para mí y que gestionara mi patrimonio de la forma más eficaz. Esas eran, de alguna manera, sus funciones: administrar y gestionar mis intereses, si bien él extendía tal potestad al ámbito deportivo, lo que a veces le creó algún conflicto con mis entrenadores. Nunca dudé de la forma en que mi padre gestionaba mi dinero. Hoy me encuentro sin recursos".

Arantxa calculó unas ganancias durante su carrera de unos 45 millones de euros. . Los problemas con Hacienda estaban entonces en manos de sus abogados, ya que las liquidaciones tributarias de los años 1989, 1990, 1991, 1992 y 1993 no fueron pagadas por constar su residencia fiscal en Andorra.

  • Josep Santana, enemigo de la familia

Según Arantxa, su boda con Josep Santacana sentó mal a su familia:

"Ellos consideraban que yo era incapaz de enamorar a nadie". Uno de los momentos más duros del libro se produce cuando dice: "El comportamiento de mis padres me hizo sufrir mucho. En los últimos meses he vivido situaciones tan duras que todavía hay momentos en que pienso que es una pesadilla. Lo cierto es que la relación con mi familia es inexistente. ¿Cómo es posible que todo lo conseguido haya desaparecido, no exista?".

El marido de Arantxa, Josep Santacana, expuso como era la relación de su mujer con su familia:

"Hace muchos años que no se habla con sus padres y que tampoco lo hace con sus hermanos, y ni siquiera conocen a nuestro hijo Leo. Todo lo que publica Arantxa en su libro es verdad. Arantxa tiene las facturas y todas las pruebas para demostrar cada palabra de lo que cuenta… Cuando habla es porque es cierto al cien por cien… "

Marisa, la madre de Arantxa, emitió unc omunicado cuando el libro de su hija salio a la luz:

"Leer cosas como las que ha publicado Arantxa, es una de las peores noticias que unos padres pueden recibir. Con enorme sorpresa y gran dolor constaté que nuestra hija había dado un paso más en su voluntad de herirnos y humillarnos". Marisa, lejos de callarse, tiraba con bala: "Mi marido está delicado del corazón", se le había diagnosticado hace dos años un cáncer de intestino y, hace año y medio, el mal de Alzheimer".

"En todo este tiempo no hemos recibido una sola visita de nuestra hija Arantxa. Ni un mínimo atisbo de preocupación, ni un ¿cómo estáis? Nosotros vivimos veinte años por y para ella. Lo dejamos todo de lado e hipotecamos nuestra vida y nuestro matrimonio.Yo la acompañé personalmente desde muy pequeña a todos los torneos, abandonando, de hecho, a mi marido y a mis otros hijos. Luego, mi esposo dejó su trabajo para acompañarla y ayudarla… Intentamos hacerlo lo mejor que pudimos".

"Está claro que fracasamos con ella. A la que más dimos resulta que, cumplidos los cuarenta, se da cuenta de que todo en su vida es por culpa nuestra. Nos acusa de dejarla en la ruina, de quitarle todo, con un rencor y un resentimiento dignos del peor de los enemigos . Nunca nosotros nos hemos aprovechado de Arantxa y, por supuesto, no está arruinada".

En el mes de noviembre de 2012, la extenista presentó una querella contra su padre, Emilio Sánchez, su hermano Javier, el abogado Bonaventura Castellanos y el economista Francisco de Paula por haberse apropiado de más de 16 millones de euros de su fortuna. En su querella, Arantxa explicaba que ejerció de tenista profesional desde que tenía 14 años y hasta los JJOO de Atenas de 2004, y durante todo este periodo su padre y el abogado Castellanos asumieron todas las decisiones relativas a la administración de las empresas que ellos mismos iban constituyendo y dirigiendo con los poderes notariales otorgados por ella.

El juicio llegó a aplazarse hasta en dos ocasiones y los padres de la extenista, en otro comunicado enviado a EFE (en 2013), manifestaban su deseo de arreglar el conflicto familiar con Arantxa y le pedía perdón por sus posibles errores. En el verano de 2015, la que fue campeona de Roland Garros llegó a un acuerdo con sus progenitores y desactivó las causas judiciales contra ellos.

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