Chung ha sido el gran protagonista del Abierto de Australia. El surcoreano, un desconocido para el gran público, dio un recital de tenis en el primer Grand Slam de la temporada.
1,88 metros de estatura, 87 kg y 21 años, es parte de la nueva generación del ATP que pisa fuerte en el circuito y que busca abrirse camino entre las grandes figuras.
Con cara aún de niño e inseparable de sus gafas, empezó jugando al tenis por recomendación de su padre. Sus problemas de vista hicieron que su médico le aconsejara que se concentrara en el color verde para ver mejor. Su padre, extenista y actual entrenador, pensó que jugar al tenis y seguir el punto fosforescente de la pelota ayudaría a que la vista de su hijo mejorase.
En 2014, Chung debutó en la Copa Davis. Ese año también está marcado por la medalla de oro en los Juegos Asiáticos. Una medalla que fue clave para que evitara el servicio militar.
Gracias a su éxito en el tenis, Chung solo tuvo que realizar un mes de entrenamiento militar a finales de 2015 para después ya poder enfocarse de lleno en el deporte. "Fue una buena experiencia para mi vida", destacó entonces.
Chung, que llegó a Australia siendo el número 44 del mundo, tuvo que retirarse en semifinales por sus problemas físicos. Sus pies, llenos de ampollas, dijeron basta.
El surcoreano colgó una fotografía en las redes sociales en las que muestra como quedó su pie derecho tras dos duras semanas de tenis. Dolorido y fastidiado por verse obligado a abandonar, pero feliz por poner a Corea del Sur en el mapa tenístico, Chung dará mucho que hablar en el futuro.