
El tenis profesional masculino dará un paso importante a partir de 2026 para proteger la salud de sus jugadores. La ATP ha aprobado la introducción de una nueva norma frente al calor extremo, una medida enormemente demandada por los tenistas y que el circuito femenino aplica desde hace más de 30 años. La decisión llega después de una temporada marcada por las quejas, los episodios de agotamiento y escenas tan impactantes como la de Novak Djokovic vomitando junto al banquillo en el Masters de Shanghái.
En los últimos tiempos, las altas temperaturas y la humedad se han convertido en un factor determinante en muchos torneos del calendario, especialmente en Asia y Norteamérica. Por ello, durante meses, los jugadores han alertado de las duras condiciones en las que se han visto obligados a competir, reclamando protocolos claros y homogéneos que prioricen la salud frente al espectáculo.
La nueva política, aprobada por la Junta de la ATP y anunciada esta semana, responde directamente a esas demandas. El circuito masculino introducirá descansos reglados por calor extremo en los partidos individuales al mejor de tres sets, alineándose así con la WTA, que protege a sus jugadoras desde 1992 con una normativa similar.
"La ATP está reforzando las protecciones para los jugadores que compiten en condiciones extremas", señaló el organismo en su comunicado oficial. El objetivo es claro: ofrecer un marco estructurado, con respaldo médico, que evite situaciones límite como las vividas en la pasada temporada.
El precedente de Shanghái
El punto de inflexión llegó en el Masters de Shanghái, disputado en octubre, donde varios jugadores alzaron la voz. Jannik Sinner, entonces campeón defensor, tuvo que detener un partido debido a fuertes calambres en las piernas. Djokovic, ganador de 24 títulos de Grand Slam, no ocultó su malestar tras verse afectado físicamente por el calor y la humedad.
"Es brutal cuando tienes más del 80% de humedad día tras día", dijo entonces el serbio. "Particularmente para los chicos cuando juegan durante el día con calor, con sol". Holger Rune fue aún más gráfico al describir como "brutales" las condiciones, con temperaturas superiores a los 30 grados y una humedad que superaba el 80%. "¿Quieres que un deportista muera en la cancha?", llegó a preguntar el danés.
Cómo funciona la nueva regla
La normativa se basará en la Temperatura de Globo y Bulbo Húmedo (WBGT), un índice que tiene en cuenta no solo la temperatura, sino también la humedad, la velocidad del viento y otros factores ambientales para medir el estrés térmico real.
Cuando el WBGT alcance los 30,1 grados centígrados o más durante uno de los dos primeros sets de un partido al mejor de tres, cualquiera de los jugadores podrá solicitar un descanso de 10 minutos. Si el WBGT supera los 32,2 grados, el encuentro se suspenderá.
Durante esas pausas, los tenistas podrán cambiarse de ropa, ducharse, hidratarse o utilizar métodos de refrigeración, siempre bajo la supervisión del personal médico de la ATP. También podrán recibir indicaciones técnicas, algo que ya ocurre en el circuito femenino.
Una medida con impacto más allá de los jugadores
La ATP ha subrayado que la nueva norma no solo busca proteger a los jugadores, sino también mejorar las condiciones para árbitros, recogepelotas, oficiales y espectadores. En un contexto de calentamiento global —con el planeta camino de registrar su segundo año más caluroso en 2025, según expertos europeos—, el tenis se enfrenta al reto de adaptarse a una realidad climática cada vez más exigente.
Hasta ahora, las decisiones relacionadas con el calor recaían en el supervisor del torneo, en coordinación con los servicios médicos y los organizadores locales. La nueva política aporta criterios objetivos y comunes para todo el circuito.
Excepciones y antecedentes
La norma no se aplicará a los cuatro torneos de Grand Slam, que mantienen sus propios protocolos. El Abierto de Estados Unidos, Roland Garros y Wimbledon también utilizan mediciones basadas en el WBGT, mientras que el Abierto de Australia se rige por la Escala de Estrés por Calor. Los Juegos Olímpicos, organizados por la ITF, cuentan igualmente con sus propias directrices.
Con esta decisión, la ATP corrige una de las grandes desigualdades históricas entre el circuito masculino y el femenino y abre una nueva etapa en la gestión del calor extremo. Jugadores como Carlos Alcaraz se beneficiarán directamente de una norma pensada para que el tenis del futuro sea más seguro, sin renunciar a la exigencia competitiva.

