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Un triple de Bryant salva a los Lakers, que viajarán a Detroit con la final empatada

La historia se ha repetido una vez más con Kobe Bryant haciendo la mejor demostración de Showtime al anotar 33 puntos, incluido un triple salvador al final del último cuarto, que llevó el partido a la prórroga. Bryan contó con la inestimable ayuda del pívot Shaquille O'Neal. Suya fue la jugada decisiva para que Los Angeles Lakers ganaran por 99-91 a los Pistons de Detroit y empataran a uno la final de la NBA.

L D (EFE) Kobe Bryant con sus acciones confirmó que es sin discusión el jugador más espectacular que hay actualmente en la liga y el que ocupa el puesto dejado por Michael Jordan.

El escolta de los Lakers con 2,1 segundos para que finalizase el tiempo reglamentario anotó un triple perfecto, al elevarse sobre la marca de Richard Hamilton, que empató a 89-89 el marcador y los Lakers remontaron una desventaja de siete puntos (89-82) con sólo 47,8 segundos para que finalizase el tiempo reglamentario.

Las genialidades de Bryant, que surgió en los momentos decisivos, permitieron a los Lakers ganar un partido que tenían perdido y empatar la eliminatoria a 1-1, que se traslada al Palace de Auburn Hills, donde el jueves se disputará el tercer partido al mejor de siete. El empate hundió a los Pistons, que tuvieron todo a su favor para llevarse la victoria, que se merecieron de nuevo por juego de equipo. Pero las acciones individuales de Bryant, que anotó 14 puntos en el cuarto periodo y en la prórroga, y el pívot Shaquille O'Neal, que aportó 29, incluidos seis en la prórroga, fueron los que dieron a los Lakers un triunfo que los salvó de ponerse al abismo de la eliminación porque ahora tendrán que jugar los próximos tres partidos en Detroit.

Junto a Bryant, que anotó 14 de 27 tiros de campo, dio siete asistencias y capturó tres rebotes; O'Neal también hizo una jugada decisiva de tres puntos con 31 segundos para poner el marcador a sólo tres y darle la oportunidad a su equipo de empatarlo, aunque la falta que le pitaron a Rasheed Wallace no lo fue. El factor sorpresa del partido cayó del lado de los Lakers con el novato Luke Walton, que aportó 7 puntos (3 de 3 tiros de campo, incluido y triple) y dio ocho asistencias con cinco rebotes en 22 minutos de acción.

Los Lakers como equipo tuvieron un 47,5 por ciento de acierto en los tiros de campo, incluido el 35,3 en los triples y el 68,0 desde la línea de personal. El base Chauncey Billups, que tuvo el triunfo en sus manos cuando falló una penetración con 10 segundos para que finalizase el tiempo reglamentario y que le hubiese dado a su equipo al ventaja de cinco, lideró el ataque con 27 puntos, incluidos 16 en el tercer periodo, dio nueve asistencias y capturó cuatro rebotes.

Hamilton, que no había marcado a Bryant, intercambió la marca con Tayshaun Prince, aportó 26 puntos, pero sólo 10 de 25 tiros de campo, capturó ocho rebotes y dio dos asistencias. El pívot Ben Wallace aportó 12 puntos con 14 rebotes y Rasheed Wallace anotó 11 tantos y capturó siete balones bajo los aros para los Pistons, que tuvieron un 40 por ciento de acierto en los tiros de campo, incluido un 54,5 de triples y el 67,7 desde la línea de personal.

El primer cuarto sirvió para que los Pistons volviesen a imponer el ritmo del partido y sólo la falta de acierto en los tiros de campo les impidió ponerse con siete puntos de ventaja. La misma historia se daba en el segundo hasta que los árbitros, de nuevo, comenzaron a ser los protagonistas y cargaron a Rasheed Wallace, Ben Wallace con dos faltas personales cada uno y a Elden Campbell, el reserva, con tres. Junto a los árbitros, la salida del novato Luke Walton iba a ser otro de los factores que permitieron a los Lakers recuperar el ritmo del partido y permitir que la defensa de los Pistons no fuese tan agresiva.

Bryant también aprovechó la oportunidad y sin el marcaje férreo de Tayshaun Prince anotó cuatro puntos consecutivos para permitir que los Lakers se fuesen al descanso con un parcial de 44-36, que para nada reflejaba lo que había sucedido en el cancha del Staples Center. Las estadísticas dejaron a Lakers con un 41,0 por ciento de acierto en los tiros de campo y el 71,4 desde la línea de personal por tan sólo el 35,0 y el 54,5, respectivamente, para los Pistons.

Los Lakers comenzaron el tercer periodo con la misma intensidad y convencidos que era el momento para decidir el partido y gracias a Bryant, que volvió a anotar dos canastas para poner a los Lakers con 11 puntos de ventaja, la mayor que tuvieron en el partido. Cuando todo parecía que iba a estar de su lado, de nuevo el entrenador de los Pistons, Larry Brown, tenía guardada la carta de Rasheed Wallace, sentado en el banquillo la mayoría de la primera parte, y lo metió para que fuese la primera opción en ataque en el uno contra uno frente a Malone. La estrategia funcionó, Wallace anotó ocho puntos para darle a los Pistons una racha de 11-3 en 2:39 minutos que les permitió ponerse con parcial de 62-65 y listos de nuevo para la lucha.

Luego surgió también la figura de Billups, que anotó 16 puntos, para que los Pistons llegasen al final del tercer cuarto con sólo dos tantos abajo en el marcador (66-68). El partido estaba para cualquiera de los dos equipos, pero los Pistons comenzaron el cuarto con una gran defensa y un triple de Lindsey Hunter los puso de nuevo con la segunda ventaja que tenían en el partido 71-68 y la primera desde el cuarto inicial.

Después la historia fue que se colocaron a las puertas de su segundo triunfo consecutivo, pero Bryant no quiso permitirlo y volvió a convertirse en el súper héroe salvador, que es el papel que mejor le gusta desempañar dentro del equipo y más cuando se encuentra en el Staples Center.

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