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Dos empresas españolas se embarcan en el reto de recoger la basura de El Cairo

Dos empresas españolas (Urbaser -de Dragados/ACS- y FCC) se han embarcado en el reto de recoger las basuras de El Cairo, la ciudad más grande de África, que pasa también por ser una de las más sucias, y la tarea está dándoles auténticos quebraderos de cabeza. Los robos de contenedores y la imposición de una nueva tasa para pagar la recogida son algunos de los problemas generados.

Dos empresas españolas (Urbaser -de Dragados/ACS- y FCC) se han embarcado en el reto de recoger las basuras de El Cairo, la ciudad más grande de África, que pasa también por ser una de las más sucias, y la tarea está dándoles auténticos quebraderos de cabeza. Los robos de contenedores y la imposición de una nueva tasa para pagar la recogida son algunos de los problemas generados.
LD (EFE) Esta ciudad de quizás unos quince millones de habitantes –nadie conoce la cifra exacta– genera en torno a cinco mil toneladas diarias de desperdicios, y hasta el año pasado su retirada era cosa de una casta cristiana de basureros ("zabalines") ayudados por burros y carricoches.

Las empresas españolas Urbaser –del grupo Dragados/ACS– y además FCC , de dos italianas, respondieron a la licitación internacional para organizar en los próximos 25 años la recogida y el tratamiento de residuos en la capital egipcia.

"Sabíamos que El Cairo era una ciudad sucia –explica Lisardo González, director de Urbaser–, pero lo que no podíamos imaginar es que lo fuera tanto, porque es una ciudad que no descansa ninguna de las 24 horas del día".

El hecho de que tengan que cambiarse todos los horarios de recogida y limpieza durante el mes de Ramadán, así como el conflicto social generado por la oposición de los zabalines –que vivían precisamente de reciclar basura– han añadido problemas inesperados. Además, la llegada de las empresas extranjeras ha sido vista con recelo por los cairotas, ya que las autoridades municipales han decidido cargar una hasta entonces desconocida, "tasa de basuras", en la factura de la luz, proporcional al consumo de electricidad.

Los ciudadanos se quejan también de la escasez de contenedores y papeleras donde depositar los desperdicios. Esto se debe a dos causas bien distintas: por un lado, los robos de contenedores, muy frecuentes en los barrios populares –donde los llenan de hielo y los usan como neveras– y que han desembocado en un rifirrafe sobre quién debe pagar su sustitución. Pero lo que más llama la atención es la ausencia de contenedores y papeleras en algunas de las avenidas más importantes o en la famosa "Corniche" (la ribera del Nilo); esto se debe a la negativa del gobernador (alcalde) de El Cairo, que los considera "antiestéticos" y peligrosos por la posibilidad de que alguien pueda introducir en ellos alguna bomb

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