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El Gobierno usó datos falsos para defender su modelo verde en EEUU

Una carta del Gobierno español y un contra-informe del Gobierno Obama: éstos fueron dos de los principales argumentos usados por Greenpeace en el lanzamiento de su campaña de apoyo a las renovables. El problema es que ambos documentos contienen datos falsos y han dado problemas a sus emisores.

El primer escrito es una carta enviada el 20 de mayo de 2009 por parte de la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera Rodríguez al presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, Henry A. Waxman. En la misiva, Ribera se “extraña” de la repercusión que estaba teniendo en la prensa norteamericana y critica las tesis defendidas por el Instituto Juan de Mariana (IJM) asegurando que “están basadas en una visión del problema simplista, reduccionista y centrada en el corto plazo”.

Sin embargo, más allá de estas descalificaciones, el texto enviado desde el Ministerio de Medio Ambiente incurre en una flagrante falsedad, cuando asegura que los datos ofrecidos por el equipo de Calzada acerca del empleo creado en las renovables provienen de “fuente desconocida”. Era relativamente sencillo salir de este error, puesto que en la página 1 del informe del IJM se especifica que las cifras se han obtenido del proyecto MITRE, un informe financiado por la Comisión Europea. Además, esta referencia se repite en numerosas ocasiones a lo largo del texto.

El resto de la carta de Ribera está dedicado a tratar de descalificar el informe del IJM por ser “simplista”, aunque no aporta una forma alternativa de medir el coste de las renovables. Tampoco refuta la tesis principal del trabajo: que las renovables necesitan subvenciones porque no son rentables, por lo que gastan dinero que, de otra manera, iría destinado a otros sectores de la economía que sí lo fueran por sí mismos.

El Contra-Informe de Obama

Pero quizás sea más curiosa la referencia que hace Greenpeace al contraestudio publicado por el National Renewable Energy Laboratory (NREL), perteneciente al Departamento de Energía del Gobierno de Barack Obama. Y es sorprendente que la organización dirigida por López de Uralde utilice este informe porque le ha traído muchos dolores de cabeza a los que lo encargaron.

Desde un principio, los medios norteamericanos se sorprendieran de que una institución pública dedicase sus recursos a refutar un estudio español centrado en el mercado español. Por eso, un think tank, el Competitive Enterprise Institute pidió la lista de donantes del estudio (en EEUU es obligatorio ofrecer esta información si la reclaman). Hace apenas unas semanas, el Ejecutivo de Obama entregó estos documentos y su contenido ha desatado una pequeña tormenta en la prensa norteamericana.

Lo que ha ocurrido es que algunos de los mails entregados por el Gobierno de EEUU muestran una relación demasiado estrecha entre éste y los lobbies de la energía de aquel país que, incluso, se permiten dar órdenes e indicaciones a los funcionarios públicos. Esto provocó una demanda de explicaciones por parte del Partido Republicano y una serie de artículos bastante críticos con el Departamento de Energía en medios como The Chicago Tribune o The Washington Post (entre muchísimos otros).

A pesar de toda esta polémica, Greenpeace incluyó este informe del NREL dentro de su ataque al estudio del IJM. Eso sí, la organización ecologista no hizo ninguna referencia, quizás porque lo desconocía, a todas estas noticias aparecidas en los medios en las últimas semanas.

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