L D (Agencias) La economía alemana en 2004 alcanzó un crecimiento del 1,7 por ciento, impulsada por la exportación, pero el déficit rebasó de nuevo los márgenes del Pacto de Estabilidad Europeo y escaló al 3,9 por ciento.
Tras el crecimiento negativo del 0,1 por ciento en 2003, el Producto Interior Bruto (PIB) volvió a crecer y lo hizo de acuerdo a los pronósticos del gobierno, entre el 1,5 y el 2,0 por ciento, en sus últimas previsiones, y ajustado asimismo a los de expertos e institutos económicos, que oscilaban del 1,7 al 1,8 por ciento, informa EFE.
El presidente de la Oficina Federal de Estadística, Johann Hahlen, al dar a conocer sus datos oficiales este jueves dijo que "tras la debilidad económica de los últimos tres años, tenemos el más fuerte crecimiento desde el 2000". En 2001, el crecimiento fue del 0,8 por ciento, porcentaje que en 2002 bajó al 0,1 por ciento y que quedó en menos 0,1 por ciento en 2003. La última cifra claramente positiva había sido en 2000, con un crecimiento del 2,9 por ciento.
La reactivación se debió principalmente al impulso del comercio exterior. Hahlen explicó que la industria alemana sacó provecho de la buena coyuntura internacional y las exportaciones contribuyeron, con un aumento del 8,2 por ciento, a la expansión económica.
Para el Gobierno, las cifras de Estadística confirman su convicción de que los malos tiempos quedaron atrás. El crecimiento de 2004 fue "el más fuerte desde el 2000 y ello significa el final de la fase de estancamiento", destacó el ministro de Economía y Trabajo, Wolfgang Clement. Dos tercios del crecimiento se deben "al extraordinario funcionamiento exportador", prosiguió el ministro, quien admitió que la demanda interna está "por debajo de su potencial".
Mercado laboral problemático
El presidente de la Oficina Federal de Estadística, Johann Hahlen, al dar a conocer sus datos oficiales este jueves dijo que "tras la debilidad económica de los últimos tres años, tenemos el más fuerte crecimiento desde el 2000". En 2001, el crecimiento fue del 0,8 por ciento, porcentaje que en 2002 bajó al 0,1 por ciento y que quedó en menos 0,1 por ciento en 2003. La última cifra claramente positiva había sido en 2000, con un crecimiento del 2,9 por ciento.
La reactivación se debió principalmente al impulso del comercio exterior. Hahlen explicó que la industria alemana sacó provecho de la buena coyuntura internacional y las exportaciones contribuyeron, con un aumento del 8,2 por ciento, a la expansión económica.
Para el Gobierno, las cifras de Estadística confirman su convicción de que los malos tiempos quedaron atrás. El crecimiento de 2004 fue "el más fuerte desde el 2000 y ello significa el final de la fase de estancamiento", destacó el ministro de Economía y Trabajo, Wolfgang Clement. Dos tercios del crecimiento se deben "al extraordinario funcionamiento exportador", prosiguió el ministro, quien admitió que la demanda interna está "por debajo de su potencial".
Mercado laboral problemático
Hahlen destacó que pese a la lectura positiva del Gobierno, no todo fueron buenas noticias para la economía alemana, ya que la situación del mercado laboral sigue siendo "problemática". El paro afectó a 3,9 millones de personas, 82.000 más que el año anterior. y la tasa del paro subió del 9,1 por ciento de 2003 al 9,3 por ciento.
Clement sacó hierro a estas consideraciones, con el argumento de que los efectos beneficiosos de la reforma laboral de su gobierno, que aumenta la presión sobre los desempleados, empezarán a notarse "con toda claridad" a finales de 2005.
Frente a la lectura positiva del gobierno, la oposición considera que las cifras publicadas este jueves por Estadística confirman que el 2004 fue "otro año perdido para Alemania", en palabras del jefe del grupo parlamentario conservador, Ronald Pofalla.
"El mercado laboral sigue su caída y, pese al crecimiento, en 2004 tuvimos el más alto desempleo desde la fundación de la República", apuntó Pofalla, para quien las cifras presentadas indican que no se ve aún "la luz al final del túnel".
Al margen de consideraciones de gobierno y oposición, las cifras muestran que el consumo privado sigue siendo débil, se registró un descenso del 0,3 por ciento, mientras que las inversiones empresariales reflejaron un modesto incremento del 1,2 por ciento.
No es una sorpresa que el déficit haya superado, por tercer año consecutivo, los límites del 3 por ciento del PIB. Tras haberse colocado en 2002 en el 3,7 por ciento y en el 3,8 por ciento en 2003, los analistas esperaban un porcentaje igual para 2004. Sin embargo, la cifra escaló un nuevo decimal y llegó al 3,9, lo que hace cada vez más complicado el propósito del ministro de Finanzas, Hans Eichel, de volver en 2005 a la senda de Maastricht.
Clement sacó hierro a estas consideraciones, con el argumento de que los efectos beneficiosos de la reforma laboral de su gobierno, que aumenta la presión sobre los desempleados, empezarán a notarse "con toda claridad" a finales de 2005.
Frente a la lectura positiva del gobierno, la oposición considera que las cifras publicadas este jueves por Estadística confirman que el 2004 fue "otro año perdido para Alemania", en palabras del jefe del grupo parlamentario conservador, Ronald Pofalla.
"El mercado laboral sigue su caída y, pese al crecimiento, en 2004 tuvimos el más alto desempleo desde la fundación de la República", apuntó Pofalla, para quien las cifras presentadas indican que no se ve aún "la luz al final del túnel".
Al margen de consideraciones de gobierno y oposición, las cifras muestran que el consumo privado sigue siendo débil, se registró un descenso del 0,3 por ciento, mientras que las inversiones empresariales reflejaron un modesto incremento del 1,2 por ciento.
No es una sorpresa que el déficit haya superado, por tercer año consecutivo, los límites del 3 por ciento del PIB. Tras haberse colocado en 2002 en el 3,7 por ciento y en el 3,8 por ciento en 2003, los analistas esperaban un porcentaje igual para 2004. Sin embargo, la cifra escaló un nuevo decimal y llegó al 3,9, lo que hace cada vez más complicado el propósito del ministro de Finanzas, Hans Eichel, de volver en 2005 a la senda de Maastricht.
