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GM reconoce que el saneamiento de Opel requerirá ayudas públicas

General Motors Europa admitió este viernes que el plan de reestructuración de las firmas automovilísticas Opel y Vauxhall requerirá ayudas públicas de países europeos, y también una contribución de los empleados.

La filial europea de la corporación norteamericana puntualizó no obstante que ha dejado claro que está dispuesta a realizar las inversiones necesarias en Opel para conducir a la empresa al éxito, tras suspender los planes para vender la compañía al consorcio formado por Magna y Sberbank.

"La reestructuración de Opel para su sostenibilidad a largo plazo requiere el compromiso y el apoyo financiero de todas las partes, incluidos los empleados y los gobiernos", apuntó la empresa en un comunicado.

Por último, la compañía puntualiza que sigue adelante con las negociaciones con los gobiernos implicados para que respalden el pan de General Motors como estuvieron dispuestos a hacer con la propesta de Magna, con el fin de proporcionar el mayor soporte para el éxito de Opel y Vauxha.

La multinacional estadounidense sale así al paso de las declaraciones efectuadas anoche por el ministro de Economía de Alemania, Rainer Bruederle, quien aseguró que General Motors no necesita ayudas para reestructurar Opel porque puede hacer frente a la financiación de su plan por sí misma.

General Motors se comprometió ayer, durante una reunión con los Gobiernos europeos que albergan plantas de su filial Opel, a presentar el primer esbozo de sus planes de reestructuración a finales de noviembre o principios de diciembre.

Los planes definitivos estarán listos a finales de diciembre, mientras que el esquema financiero, incluyendo las ayudas públicas necesarias, no se cerrará hasta enero o febrero.

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