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La Casa Blanca y la Reserva Federal admiten riesgos en su plan anticrisis

La Casa Blanca y la Reserva Federal empiezan a dudar de la eficiencia de las medidas escogidas para capear la recesión. Las dos instituciones ven ahora riesgos en el aumento de la deuda pública y de la inyección de liquidez realizada, que no tiene precedentes históricos.

El primero en abrir fuego fue el presidente estadounidense, Barack Obama, que lanzó el miércoles una firme advertencia sobre la necesidad de contener el crecimiento de los déficits de su país (el público y el exterior), al afirmar que acumular demasiada deuda gubernamental podría llevar a una recaída de la economía de EEUU, volviendo a la recesión.

Según informa Reuters, con el desempleo de Estados Unidos en un 10,2%, Obama dijo a la cadena norteamericana Fox News que su Gobierno se enfrenta a un delicado equilibrio entre tratar de impulsar a la economía y la creación de empleo, y reducir el enorme volumen de endudamiento a largo plazo.

A este respecto, Obama anunció que su Gobierno está considerando fórmulas para acelerar la expansión económica, con medidas tributarias entre las alternativas para dar incentivos a la contratación en las empresas. La entrevista a Fox News se realizó en Pekín durante el viaje del presidente de EEUU a Asia.

Pocas horas después, el presidente de la Reserva Federal (FED) de Saint Louis, James Bullard dijo que el Banco Central estadounidense podría comenzar a endurecer las condiciones financieras ajustando sus enormes programas de compras de activos, en lugar de realizar una subida de los tipos de interés, que se dejaría para más adelante.

"El foco del mercado en las tasas de interés es decepcionante, dado el alivio de las medidas cuantitativas", señaló Bullard, en una presentación ante un grupo de banqueros recogida también por Reuters y publicada por CNN.

Y es que la FED ha bajado los tipos de interés a su mínimo histórico cercano al cero por ciento para reactivar la economía y el mercado está especulando sobre cuándo revertiría esa política.

"El principal desafío para la política monetaria de aquí en adelante será cómo ajustar el programa de compra de activos sin generar inflación, mientras las tasas de interés están cerca de cero", explicó Bullard. "La inflación a medio plazo se basará en lo que la Fed haga con este programa", añadió

Bullard hizo una curiosa reflexión que sorprendió a los asistentes. Explicó que en otras crisis financieras la Reserva Federal ha esperado hasta dos o tres años para subir los tipos de interés y, en el caso de que la estrategia actual respondiera a este enfoque, no habría incrementos de los tipos hasta 2011 ó 2012.

"Ésa debe ser la idea central que tienen que tener en sus cabezas porque es la forma en que la Fed ha actuado en el pasado, incluso en la última década, esta es la forma en que la Fed se ha comportado", dijo Bullard a la prensa tras su discurso.

Pero, lejos de defender esta visión, el presidente de la FED de Saint Louis abrió la puerta a que suceda lo contrario. "Existen razones para pensar que el FOMC (Comité Federal de Mercado Abierto, por sus siglas en inglés) no esperará tanto tiempo debido a que este argumento de (tipos) muy bajos por mucho tiempo es contraproducente y creará muchos problemas para nosotros".

Estas declaraciones se realizan en el contexto de las críticas contra la Reserva Federal por haber ayudado a la creación de burbujas en los precios de la vivienda al mantener las tipos bajos por mucho tiempo en el comienzo de la década. Este nivel era artificial, ya que no estaba respaldado por un ahorro voluntario real. Con la excusa del aumento de la productividad se imprimían más y más billetes, generado primero la burbuja tecnológica y, después, la hipotecaria.

Los temores de Bullard sobre la posibilidad de que la expansión de la hoja de balance de la Fed pueda conducir a una aceleración en la inflación coinciden con sus observaciones recientes en relación a que las autoridades deben ser cautelosas y no estimular demasiado la capacidad en desuso en la economía.

Sin embargo, sobre las críticas recibidas por el Banco Central respecto a que su política de bajas tasas de interés está alimentando burbujas de precios en el extranjero, Bullard señaló que la política monetaria estadounidense no debe ser formulada con base a los precios de fuera de sus fronteras.

"Es muy difícil identificar las burbujas, y creo que si hay problemas en los mercados inmobiliarios en Asia no es muy práctico decir que se deberían aumentar las tasas de interés en Estados Unidos", señaló.

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